Estos truenos de anoche en verdad me pusieron los pocos de mi cabeza de punta.
Esa cámara maravillosa de Dios lanzó sus poderosos destellos que nos hizo más blandas nuestras nalgas a cada fogonazo.
La lluvia amenazante y un color sofocante nos dejó pasmados. Dios es maravilloso para los que creemos en el porqué los rayos son como flashes sobre nosotros creando un paisaje sólo visible a sus ojos.
Los rayos al parecer amenazan a los comicios de junio. Dicen que cuando se siembran vientos se cosechan tempestades. Los rayos que se lanzan los candidatos son alto voltaje aunque en el debate mostraron el hilo conductor del cobre por la pobreza de propuestas y sentimientos del chisme más que del pensamiento inteligente.
Dicen que a río revuelto ganancia pescadores y la tormenta de anoche parece ser símbolo de ese río silencioso de las piedras que nos heredaron los primeros hombres de Tamaulipas.
El Dr. Gabriel de la Garza decía; “Piedra que no se frena no hace moho”. Y el río de piedras viene más revuelto que no ha habido chance de que haga moho.
En fin los rayos que se convierten en truenos nos pegaron en la testa reduciendo a lo absurdo la coliflor. Mi hermano Cuco dirá; “Se nos frunció el fundillo”, con estas cámaras del cielo que nos hicieron sentir lo frágiles que somos como seres humanos. La fragilidad de los comicios venideros se siente por todos los pasillos del estado.
Que Dios nos agarre confesados, diría mi Madre Paulina. Porque estamos en tiempos de lo impredecible. Y no somos adivinos, simples paganos de la política.




