CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Cada año mueren en el Estado, por suicidio, 160 personas. A la gravedad de la cifra es que la mayoría son jóvenes y adolescentes… y lo anuncian.
El uso de las redes sociales entre los jóvenes para anunciar su suicidio y hasta exhibirlo cuando lo llevan a cabo, es reflejo de la descomposición social que se está viviendo, alertaron especialistas en Psicología.
El doctor Osvaldo Sulvarán, catedrático de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, lanza una alerta a los padres de familia para que establezcan contacto directo con los hijos y sepan que las cosas materiales sólo son complemento de las muestras de amor que deben manifestarles.
Según los datos de que dispone, va en aumento el suicidio entre jóvenes de entre 15 y 19 años de edad, y muchas veces terminan con su vida por propia mano ni siquiera pensando en la muerte, sino más bien en acabar con los problemas que los abruman.
“Lo anuncian como una inconformidad y como una forma de decir, véanme soy capaz de hacer esto, los jóvenes ven el suicidio como puerta de salida a la problemática que están viviendo”.
Aunque el problema no termina con el suicidio, los jóvenes tienen esa percepción y siempre que emitan un indicio de que quieren morir se debe darles inmediata atención y si no se sabe cómo enfrentar el problema, los padres deben buscar ayuda profesional.
Subrayó que la mejor manera de ayudar a los jóvenes a desarrollar una buena salud mental y emotiva, es brindarles atención desde que nacen, pues si bien hoy día ambos padres están saliendo a trabajar con la mejor intención de proveerle a su familia bienestar, siempre deben tener en cuenta que la comunicación son fundamentales.
Nunca las redes sociales podrán sustituir el contacto directo, ni siquiera con los emoticones pues por más que traten de reflejar estados de ánimo de la persona que los envía, no tienen ese calor humano incomparable.
Hay que tener cuidado con la globalización que por un afán de acercar a las personas en realidad las aleja, y la buena noticia en todo esto es que está en manos de los padres de familia mantener la cercanía para el contacto y manifestación de los afectos tan importante para fortalecer la personalidad de los sujetos, subrayó.
“A veces los padres de familia están tan preocupados de sacar adelante económicamente a los hijos, que se olvidan del contacto, se olvidan preguntar que necesitas de mi siendo tu papá o tu mamá”, expuso.
Recalcó que las redes sociales son útiles, pero se desvirtúan cuando se malentienden los mensajes, pues aunque se pueda preguntar ¿Cómo estás?, se malentienden pero no hay una emoción encaminada en ese mensaje.
La intención implícita en un mensaje no verbal que puede revelar sinceramente el estado de ánimo de las personas, es imposible verlo a través de un mensaje electrónico y eso separa mucho más que un abismo, dijo.
De acuerdo con la Doctora Ana María Chávez Hernández, presidenta de la Asociación Mexicana de Suicidología, hay un aumento del suicidio en la población de 15 a 24 años.
Un riesgo que comienza a asomar es el suicidio en niños y niñas de 10 a 14 años que también va en aumento.
La especialista atribuye a diversos factores este fenómeno, entre los de más incidencia están los sociales y psicológicos como la soledad y la violencia que propician en los niños y jóvenes graves sentimientos de desesperanza.
Hay una visión de futuro muy incierto, desconfianza en las autoridades, el desempleo que finalmente visten de un velo desolador lo que está por venir, dijo.
Para los padres, tutores o adultos que están cercanos a los jóvenes que llegan a manifestar un deseo de morir, debe ser el acompañamiento inmediato para ayudar a la persona.
Entre las alertas señaló cambios de hábitos de vida, pesadillas, insomnio, irritabilidad, uso de drogas y alcohol, y que son una demanda de ayuda que no se puede dejar pasar.
Suicidio, tercera causa de muerte en adolescentes
Entre los factores de riesgo que llevan a los adolescentes de 15 a 19 años a una muerte prematura y discapacidad, se encuentran el consumo de alcohol y drogas en general, y el abuso infantil, de acuerdo a un estudio del Centro de Investigación en Sistemas de Salud.
Con el paso del tiempo, las causas de muerte como leucemia, ahogamientos, enfermedades renales crónicas e infecciones respiratorias bajas, han disminuido en adolescentes en México, pero no ha ocurrido lo mismo con el suicidio, que actualmente ocupa la tercera posición, solo después de los accidentes de tránsito y homicidios por violencia intrafamiliar, informó Rafael Lozano Ascencio, director general adjunto del Centro de Investigación en Sistemas de Salud.
De acuerdo con el Institute for Health Metrics and Evaluation, el año pasado, de los 8 mil 207 casos de muerte en adolescentes hombres, el 9.3 por ciento correspondió a suicidios, y de los 4 mil 45 muertes de mujeres adolescentes, el porcentaje fue de 8.7.
“Esto es un verdadero problema porque la juventud en México considera la muerte como una opción antes que la salud”, lamentó el especialista durante la conferencia, La carga de la enfermedad en adolescentes en México 1990-2015, que dictó el miércoles pasado en la Academia Nacional de Medicina de México, organización que forma parte de la Mesa Directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
Según la definición de la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es un acto deliberadamente iniciado y realizado por una persona en pleno conocimiento o expectativa de un desenlace fatal, mientras que la adolescencia es la etapa comprendida entre los 10 y los 19 años.
Por otra parte, algunos factores de riesgo que llevan a los adolescentes de 15 a 19 años a una muerte prematura y discapacidad, se encuentran el consumo de alcohol, la deficiencia de hierro, consumo de drogas en general y el abuso infantil. Se estima que de uno a tres años de vida saludable en los hombres son perdidos debido a lesiones, mientras que en las mujeres ocurre por trastornos depresivos, indicó el también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de 2015, indican que poco más de la mitad de los jóvenes mexicanos menores de 17 años (54 por ciento) se encuentran por debajo de la línea de pobreza, lo que los vuelve más vulnerables a las enfermedades y muerte.
De los 22 millones de adolescentes, 25 por ciento viven en el medio rural, 15 por ciento en municipios de alta marginación y sólo 43 por ciento habitan en áreas urbanas de más de 100 mil habitantes, explicó Lozano, quien recibió en 2015 la medalla al Mérito Sanitario que le otorgó la Sociedad Mexicana de Salud Pública.