16 diciembre, 2025

16 diciembre, 2025

Laberintos del poder

¿Es justo?

Laberintos del poder

Nadie puede decir que la vida es justa. Por lo menos no lo es en innumerables ocasiones.

El balance negativo para el Partido Revolucionario Institucional del pasado proceso electoral tamaulipeco, es una muestra cercana de esa certeza. Y le diré el porqué de esta percepción.

Antes de empezar esa campaña, que culminó con innegables victorias panistas por doquier, la política del tricolor en el Estado estaba colmada de próceres –hombres y mujeres– apellidos de alcurnia, trayectorias brillantes, expertos en operación proselitista y hasta émulos de santones cuya palabra se acercaba a ser ley, de tantos éxitos cosechados a lo largo de su trabajo electoral a la sombra de ese partido.

Todo es ahora, historia.

En sólo dos meses, casi de la noche a la mañana, sus monumentos virtuales se desmoronaron, sus estatuas fueron lapidadas por la crítica feroz y sus nombres se satanizaron. El linchamiento político de esas figuras ha sido casi general, por el descalabro sufrido el 5 de junio.

Nombres como Antonio Martínez Torres, Felipe Garza Narváez, Luis Enrique Rodríguez Sánchez, Óscar Luebbert Gutiérrez, Bladimir Martínez Ruiz, el propio Baltazar Hinojosa Ochoa y otros de estatura política similar, han sido estigmatizados como “los que hundieron al PRI”. La derrota, sobre todo en la lucha por la gubernatura, ya los ubicó en un indeseable lugar de la historia priísta tamaulipeca: Son, dicen, los que dejaron ir ocho décadas de poder. Los “innombrables” en estas latitudes.

¿Es justo eso?
Para tratar de responder a esa pregunta, habría que revisar la cauda de triunfos y laureles obtenidos por personajes de la talla de los nombrados en circunstancias similares. Héroes y heroínas de mil batallas; ganadores históricos de diputaciones, alcaldías, senadurías y gubernaturas; los mismos que convertían humillaciones en orgullos y rescataban candidatos de los abismos, han pasado en un tronar de dedos a desempeñar el papel de villanos.

En lo personal, me parece que no es justo.

Esa lista de protagonistas priístas antaño estelares son en su mayoría sólo, como asienta la voz popular, “quienes les tocó”. Llegaron como redentores y terminaron crucificados no por su impericia –aunque algunos sí mostraron una supina ineptitud– sino por la suma de circunstancias adversas que enfrentó ese partido, como el enorme miedo por la inseguridad achacada a los órdenes de gobierno en turno, el hartazgo popular hacia los problemas económicos sin solución y sobre todo, porque se encontraron por primera vez con un adversario realmente competitivo.

Hoy esos héroes y heroínas de ayer están cansados, sí; están desgastados también, están desfasados y sin duda en varios casos están rebasados. Deben algunos optar por un retiro honroso y otros tal vez merecen una nueva oportunidad

El tiempo los alcanzó, pero ojalá que no los alcance también la injusticia…

UNA LUCHA VITAL
No es una trivialidad la lucha que protagonizan el PAN y el PRI por las diputaciones plurinominales.

Históricamente, esos dos partidos han utilizado esas curules para ubicar a sus mejores tribunos y expertos legislativos, sin distinción de género, capaces de cambiar con sus habilidades abiertas o ocultas un dictamen.

Los diputados que llegaron por el voto directo confirmaron que son populares, pero los de representación proporcional llegarán por ser los que manejan los ases bajo la manga. De ahí, su importancia…

Twitter: @LABERINTOS_HOY

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