CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La LXII Legislatura entregará este 30 de septiembre, tras realizar sólo 126 sesiones ordinarias en mil 65 días, sin una reforma importante obra plena de los integrantes y tras haber burlado la normatividad para sesionar menos y permitir inasistencias.
En total 47 de las 111 faltas que acumularon a sesiones ordinarias en los tres años de la Legislatura los 19 diputados priistas, están justificadas, en cambio de las 110 inasistencias de los nueve panistas a sesiones ordinarias, solamente 51 están justificadas.
El más faltista, el Diputado por el Distrito I de Nuevo Laredo, José Salvador Rosas Quintanilla, acumuló más de 72 faltas a sesiones ordinarias, juntas previas y sesiones de comisiones.
Conforme al marco legal, Rosas Quintanilla debió haber sido amonestado más de una vez y se le debió suspender de dos temporadas de sesiones y debería haber ocasionado descuentos a sus salarios, dieta y compensación por casi 120 mil pesos y la suspensión en tres de los periodos ordinarios.
Las ausencias se pueden justificar por razones de salud, atención “de alguna situación relevante propia de su encargo” o de encomienda oficial conferida por el Pleno, las Comisiones o los Comités.
El párrafo 4 del artículo 69 de señala que“cuando sin justificación algún diputado dejara de concurrir a seis sesiones dentro del mismo periodo ordinario, perderá el derecho de asistir al mismo con la disminución de la dieta correspondiente”.
Al panista Rosas Quintanilla le siguen como las más faltistas, Belén González Puente y Patricia Guillermina Rivera Velázquez, con 18 y 17 inasistencias, respectivamente, sólo a sesiones ordinarias, pues si suman inasistencias juntas previas y a comisiones la primera llega a 61 faltas y la segunda a 72 inasistencias.
Vacaciones y más vacaciones
Los errores en las reformas políticas sucesivas han provocado que ahora, en iniciando por la LXII, las legislaturas estatales entreguen a sus relevos, luego de más de 90 días de vacaciones, pues el último periodo ordinario culminó el 30 de junio pasado.
En tres periodos ordinarios de sesiones encontraron lagunas de la ley para terminar antes del día fijado y durante un periodo extraordinario la forma de no realizar la sesión semanal de la Comisión Permanente.
El Artículo 44 de la Constitución de Tamaulipas dice que el “Congreso tendrá dos períodos ordinarios de sesiones cada año legislativo: el primero, improrrogable, iniciará el primero de octubre, durando el tiempo necesario para tratar todos los asuntos de su competencia, sin que pueda extenderse más allá del día quince de diciembre; el segundo dará
principio el quince de enero y terminará el treinta de junio”.
La primera y segunda temporada ordinaria en el primer año de la legislatura, concluyeron precisamente en los días señalados, pero el primer periodo del segundo año terminó el 12 de diciembre, a tiempo para gozar el puente navideño llamado “Guadalupe Reyes”.
Parece extraño que en el Congreso de un Estado con 3.56 millones de habitantes los asuntos competencia de un Congreso se agoten el día 12 de diciembre.
Al no ser específico el artículo, permitía a los diputados votar los asuntos en paquete para irse de vacaciones y no dar tiempo ni siquiera a las iniciativas presentadas en varias sesiones anteriores, cuatro de ellas un día antes del final del periodo.
El 12 de diciembre de 2014 el Congreso de Tamaulipas votó a un ritmo de menos de cuatro minutos por dictamen, un total de 163 asuntos, que incluyeron 146 cuentas públicas cuyos dictámenes habían recibido unos días antes, y entre las que se incluía la del Poder Judicial y la del Congreso.
En 2015, en el segundo periodo de sesiones del segundo año de la Legislatura, los diputados ni siquiera vieron que la fecha límite era el 30 de junio y clausuraron cinco días antes el periodo, a pesar de que legalmente la Comisión Permanente no podría ser instalada sino hasta el 30.
Algunos abogados refieren que al culminar antes la sesión e instalar en la fecha legal a la Permanente, el estado de Tamaulipas se queda varios días sin poder legislativo.
Lo mismo se volvió a hacer para clausurar la primera temporada de sesiones del tercer año de la Legislatura, lo cual se hizo antes que el año anterior, es decir, no el 12 sino el 11 de diciembre, pese a que el 15 fue cuando se instaló la Comisión Permanente.
Con permiso para faltar
La Ley sobre la Organización y Funcionamiento Internos del Congreso de Tamaulipas faculta al Presidente de la Mesa Directiva, para justificar la ausencia hasta en tres ocasiones consecutivas de las sesiones del Pleno en un mismo período ordinario.
“Para ausentarse por más sesiones requerirán licencia aprobada por el Pleno”, dice el párrafo 3 del artículo 69 de la citada Ley, licencia que incluiría llamar al suplente.
Aunque la Ley señala que “previo aviso al Presidente de la Mesa Directiva, los diputados podrán ausentarse hasta en tres ocasiones consecutivas de las sesiones del Pleno en un mismo período ordinario”, sobran los casos en que se justificaron cuatro o más faltas en un mismo periodo.
Por ejemplo, la diputada priista Adela Manrique Balderas obtuvo en el último periodo de sesiones del tercer año de la Legislatura, siete permisos justificados de las ocho faltas que tuvo a sesiones ordinarias, cifra que aumenta si se agrega las faltas a juntas previas.
Los más faltistas:
Salvador Rosas Quintanilla: 72 inasistencias
Patricia Guillermina Rivera Velázquez: 72 inasistencias
Belén González Puente: 61 inasistencias.
¿Y las sesiones?
Aunque la Ley que rige al Congreso señala que “la Diputación Permanente deberá celebrar, cuando menos, una sesión semanal, en el Recinto del Congreso”, la última semana de julio y primera de agosto, la LXII Legislatura se dispensó una sesión semanal, para poder gozar de 16 días de vacaciones, y no celebraron sesión.
El pretexto de la Permanente que, debe atender cualquier asunto legislativo urgente que se presente, es que la gente de Servicios Parlamentarios estaba de vacaciones y, no había quien abriera el Congreso.