En nuestro sistema político mexicano nuestros Gobernantes, desde el Presidente de la República hacia abajo, son como deidades divinas que nunca se equivocan en sus acciones. Por ese motivo no es común, primero que reconozcan que se equivocaron y segundo que con humildad pidan perdón.
Cuando el presidente de México, José López Portillo rindió protesta ante el Congreso de la Unión, asumiendo las riendas de un país hundido en una profunda crisis social y económica, pronunció un mensaje de reconciliación nacional pidiendo a los actores a colaborar y recuerdo que dijo que si algo le pediría a los desposeídos sería perdón, por no atender sus necesidades.
De momento los desposeídos debieron haberlo perdonado, pero después lo condenaron porque dejó a México en peores condiciones que lo recibió.
Viene a colación lo anterior, porque el jueves pasado, en la residencia oficial de los Pinos, al promulgar el Sistema Nacional Anticorrupción, el presidente, Enrique Peña Nieto, sorprendió a millones de mexicanos, porque dejó de ser una deidad y como ser humano pidió perdón por el escándalo de la casa blanca.
Dijo textualmente “que no obstante que me conduje conforme a la ley, este error afectó a mi familia, lastimó la envestidura presidencial y dañó la confianza en el Gobierno. Si queremos recuperar la confianza ciudadana todos tenemos que ser autocríticos, tenemos que vernos en el espejo, empezando por el propio Presidente de la República”.
Recordó los hechos que están en la memoria de los mexicanos: “En noviembre del 2014, la información difundida sobre la llamada casa blanca causó gran indignación. Este asunto me reafirmó que los servidores públicos además de ser responsables del actuar conforme a derecho y con total integridad, también somos responsables de la percepción que generamos con lo que hacemos y en esto reconozco que cometí un error”.
“En carne propia sentí la irritación de los mexicanos. La entiendo perfectamente por eso con toda humidad les pido perdón, les reitero mi profunda disculpa por el agravio y la indignación que les cause”, dijo el hombre más poderoso de México.
Qué bueno que el Presidente de México haya tenido una pizca de humildad y haya pedido perdón por el escándalo de la casa blanca, que dijo afectó a su familia y lastimó la envestidura presidencial.
Los hechos, señor Presidente también lastimaron a la sociedad, especialmente a millones de mexicanos que todos los días con su trabajo generan la riqueza de este país, lamentablemente muy mal distribuida.
El presidente, Peña Nieto reconoció que los hechos dañaron la confianza de la sociedad en su Gobierno y no se equivoca, porque precisamente por eso hoy el Jefe de la Nación tiene la más baja aprobación de toda la historia.
Como consecuencia de esos severos daños, provocados por el escándalo de la casa blanca, donde prevalece la sospecha de la corrupción, el Gobierno de Peña Nieto enfrenta actualmente muchos problemas y muchas de sus acciones revolucionarias que ha tomado no han tenido el impacto que se quisiera porque carece de credibilidad.
Si realmente Peña Nieto quiere recuperar la confianza que perdió de la ciudadanía, en el combate de la corrupción tiene que dar un golpe de timón y demostrar con hechos incuestionables que se van a castigar los actos de corrupción.
No estamos proponiendo que haya linchamientos políticos, ni tampoco que haya una cacería de brujas para calmar a quienes desde la oposición reclaman sacrificios humanos.
El presidente, Peña Nieto está obligado a llevar a los tribunales a los descarados gobernadores de algunas entidades federativas, que se han visto envueltos en escándalos de corrupción y que son de su mismo partido, el PRI. Y después hacerlo con aquellos que son del PAN y del PRD, que no cantan malas rancheras y que también han demostrado son buenos
para saquear las arcas públicas.
Peña Nieto tiene que emprender acciones, porque la confianza no se gana con discursos, promesas y pidiendo perdón. La confianza se gana con hechos.
PICADILLO……….SE VAN AL TRIFE. El PRI, PAN y Movimiento Ciudadano de Tamaulipas decidieron inconformarse ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al no aceptar 7 de las 15 resoluciones de inconformidad que emitió el pasado 14 del presente mes el Tribunal Electoral de Tamaulipas, declarándolas improcedentes.
El PRI presentó tres recursos de inconformidad por las elecciones de los Ayuntamiento de Reynosa y Guerrero y la diputación local del distrito 05 con cabecera en Reynosa.
El PAN por su parte se inconformó por los resultados del Ayuntamiento de Jiménez y las diputaciones locales de los distritos 15 con cabecera en Ciudad Victoria y el 22 de Tampico.
Por su parte Movimiento Ciudadano no está conforme con los resultados de la diputación local del distrito 14 que corresponde a Ciudad Victoria.
En los Ayuntamientos y distritos electorales mencionados el PAN, PRI y MC no están de acuerdo con el garrotazo que les dio el Tribunal Electoral de Tamaulipas y por eso recurren al Tribunal Federal.