El autor es Premio Nacional de Periodismo 2016.
El escribidor considera que el supremo gobierno cuenta con una larga lista de motivos para pedir perdón. Si a ella se atuviera seguramente no alcanzaría lo que resta del sexenio. Ya lo hizo por el escándalo derivado de la presunta adquisición de la “casa blanca” de las Lomas de Chapultepec, sin embargo, hasta ahora no sabemos si los mexicas habrán otorgado en tiempo y forma dicho perdón. Vamos a esperar que se decrete lo que al penoso asunto corresponde. Bastará digo yo, con un boletín oficial donde conste que el “mal humor” social desapareció, cuando menos en relación con el citado caso.
Hay muchos motivos por los cuales las autoridades debieran acudir a la benevolencia mayoritaria, insisto. Quizá debieran extender la solicitud de perdón a los ochenta millones que padecen algún grado de pobreza, inseguridad, desempleo y falta de oportunidades. También a los jóvenes y niños marginados del proceso educativo. A los viejos de la tercera edad en adelante que transcurren en el más inhumano abandono sólo esperando el momento final, como si para el gobierno hubieran dejado de existir. Creo que también debiera pedirse perdón a quienes padecen el acoso oficial en todos los sentidos. Ahora mismo y muy especialmente a los miles de maestros que enarbolando la constitución protestan en defensa de sus derechos violentados a sus espaldas por la tecnocracia del poder.
Por cierto, este miércoles el secretario Aurelio Nuño dio a conocer el supuesto “nuevo modelo educativo” que no es otra cosa que la adecuación mental de las nuevas generaciones a los intereses del gran capital internacional. Dicho “modelo” está concebido para un país que no existe toda vez que está bordado sobre nubes, olvidando lo fundamental que son las circunstancias políticas, sociales y económicas de México. Y desde luego la triste situación del maestro común cuyo salario equivale al de cualquier empleado de intendencia gubernamental, (cuando le pagan, cuando no psss no), dicho sea con todo respeto para ambos. Y ¿qué tal las carencias en toooodas las escuelas públicas y las que faltan por construirse en buena parte del territorio nacional?. Ni para qué mencionar a los millones de niños que acuden a clases con hambre y expuestos a las inclemencias del tiempo o de aquellos alumnos o maestros que deben caminar kilómetros cada día para cumplir con su deber. Todo esto es lo que “olvida” la tecnocracia.
Por supuesto la ceremonia fue espectacular como corresponde a un precandidato tricolor a la presidencia de la república. (¡Ah, que no gane López Obrador porque todo este circo y otros más, seguro se los echará por tierra!).
No se trata de una educación nacionalista y acorde a la historia del país sino todo lo contrario, en obediencia al Fondo Monetario Internacional, organismo depredador de naciones cuya economía es harto vulnerable, como la nuestra que se desliza en caída libre sin excusa ni pretexto.
SALINISTA, ¿CEREBRO DE LA REFORMA?
Un “nuevo modelo educativo” concebido sin la participación de auténticos maestros, padres de familia, incluso de alumnos que algo podrían aportar, elaborado con prisas y consignas, alejado de la realidad y en obediencia a intereses extraños. Otto Granados Roldán, de triste memoria política, ahora subsecretario de Educación, al respecto anticipó que se realizará una consulta pública. Desde luego es la justificación para imponerla finalmente con toda la fuerza del estado cuando ya sabemos a dónde van a parar las consultas patrocinadas por el poder. Otto Granados fue vocero de Salinas de Gortari y manejó los medios de comunicación desde la presidencia de la república entre el 88 y el 92 para después ser enviado por su jefe a gobernar Aguascalientes. Y pareciera que está detrás de Aurelio Nuño, como cerebro de la tristemente célebre reforma educativa.
Mientras tanto al magisterio se le intimida y condiciona para seguir cumpliendo con su tarea. “Habrá modalidades” dicen SEP y SNTE, en la evaluación y la permanencia laboral, sin embargo, no se puede esperar mucho cuando la alta burocracia está dispuesta a terminar con la educación popular.
¿POBRES? ¿DÓNDE?.
Y los asombros que no terminan. Ahora nos enteramos que la pobreza casi está al punto de extinguirse en México gracias al INEGI que se encargó de adecuar fórmulas de medición a modo de lucimiento oficial. Ahora resulta que los ingresos de las mayorías se incrementaron de la noche a la mañana al grado de que los marginados pueden ser considerados como un “genial invento”, sea que no existen, como diría Pedro Aspe Armella, por coincidencia secretario de Hacienda durante el salinato.
Sin embargo, ¡ea! que no contaban con la astucia del CONEVAL (Consejo nacional de evaluación de la política de desarrollo social) organismo que duda de la objetividad de la dependencia en cuestión y así lo ha señalado públicamente para vergüenza de los simuladores.
Ni como negar que se trata de beneficiar al régimen tricolor, bajo la suposición de que las políticas económicas son las adecuadas para salir del atraso y el subdesarrollo,
como si no supiéramos que la crisis nos golpea hasta por la retaguardia. Y ni modo que sea invento.
SUCEDE QUE
Pregunta final, ¿cómo se implementará la reforma cuando los recortes presupuestas han golpeado severamente a la educación?. No hay recursos no hay dinero, palabras son las que sobran. Sea demagogia pura.
Y hasta la próxima.




