Definitivamente la reciente elección por la gubernatura tamaulipeca, es un fenómeno interesante, y además complejo. A más de un mes de lo ocurrido, se impone la tarea periodística de dimensionar y valorar las consecuencias de fondo que trae y traerá consigo este despertar ciudadano, sin precedentes en nuestro estado. Lo anterior, lo podemos resumir de entrada, en los siguientes puntos:
A).- La cultura clientelar de la política tradicional, quedó atrás. Se han derrumbado las viejas formas de hacer política, han surgido otras nuevas y vigorosas. B).- La sociedad civil se erige, por primera vez, en un agente de cambio, que igual puede darle su apoyo a un partido, que después quitárselo si no se ven resultados. C).- El reciente triunfo de Francisco García Cabeza de Vaca, es un capital político, donado por el poder ciudadano. A partir del primero de octubre, los panistas deberán de administrar este bono social, cuidando de no dilapidarlo, y echar por la borda lo que han ganado.
La gente de las ciudades y pueblos, ya se dio cuenta que, si se decide puede cambiar la correlación de fuerzas partidistas y políticas. Lo que acabamos de ver, el cinco de junio, es la poderosa irrupción de la sociedad civil, en un escenario donde fue tal su fuerza, que sorprendió hasta a los mismos panistas, posicionados con el estandarte del cambio. Pero las cosas no han parado ahí. Esto último, es lo verdaderamente importante. Veamos:
Como le decíamos en reciente columna, el arrollador triunfo del Gobernador electo Francisco García Cabeza de Vaca, no se dio gracias a la estructura del PAN, mismo que no contaba con la organización suficiente para un triunfo de esta envergadura. Tampoco es una victoria que tenga sus principales resortes, en los medios masivos tradicionales, como la prensa, la radio y la televisión.
El hilo conductor del éxito contundente obtenido por Cabeza, fueron las redes sociales. En los pasados comicios, el internet, se erigió como el medio emergente que derrumbó mitos, y unificó una tendencia generalizada, en contra del PRI.
Pero hoy, las citadas expresiones ciudadanas, como las orugas, empiezan a rebasar el capullo del espacio virtual, y ahora anuncian su nacimiento en los espacios formales de la organización, y su empoderamiento hacia el seno de la sociedad civil. Esto quiere decir que la dinámica ciudadana, lejos de detenerse, ha crecido en estatura y en influencia.
El pasado lunes 18 de julio, esta columna recibió un comunicado, en el cual se informa sobre el surgimiento de la ASCENRED, un mega conglomerado ciudadano, que, solo para empezar, ya ha aglutinado a más de 100 organizaciones de la sociedad civil en Tamaulipas. Las siglas de la ASCENRED se traducen como Agentes de la Sociedad Civil. Entre sus primeras acciones, figuran las de presentar una serie de propuestas, encaminadas a enriquecer el Plan Estatal de Desarrollo, del sexenio que conducirá Francisco García
Cabeza de Vaca, a partir de octubre.
Saludamos el nacimiento de la nueva organización, máxime cuando en ella se encuentran, dos agrupaciones lideradas por las compañeras periodistas, Rosa María Rodríguez Quintanilla y Dora Alicia de la Cruz. La presidenta fundadora es Karina de Alejandro. Les deseamos suerte en su proyecto que hoy se pone en marcha.
“La presentación oficial de ASCENRED”, dice el boletín (lo de oficial, es un término que no me parece adecuado, pues le resta frescura ciudadana), se llevará a cabo hoy jueves, durante la toma de protesta de su Consejo Directivo, y de su Consejo Consultivo. El propósito central de dicho órgano NO GUBERNAMENTAL, y sin colores partidistas, es
el de profesionalizar y empoderar a las organizaciones y agentes activos de la sociedad civil.
Ahora bien, ¿Qué va a pasar con la ASCENRED? ¿Hacia dónde va? ¿Cuáles son sus posibles rutas, alcances y limitaciones? Si sus integrantes, la cuidan y se mantienen unidos, es muy probable que estemos ante un verdadero salto cualitativo del poder ciudadano, por excelencia, y será, en su debido momento, un saludable contrapeso a la partidocracia. Así como un sabio consejero de la voz colectiva, vigilante del rumbo que deberá tener el actual sexenio.
Si, para mala fortuna, la ASCENRED se divide, y es dominada por posiciones de tipo personal, entonces, éste ejemplar intento por ciudadanizar la política, se perdería en los laberintos de la ambición y el burocratismo. Tenemos fe en que esto último no sucederá. Tiene los elementos necesarios, para pasar a la historia, como el primer agente de
cambio.
POSDATA.- Hoy, a las once de la mañana, nace el bebé, llamado a revolucionar las formas de la participación social en Tamaulipas.




