Con la Canícula todo sucede en cosa de huevos blanquillos. El calor divorcia a los huevos, los estira, los exprime.
La calor es insoportable y los blanquillos como dicen en el rancho se vacían y evaporan.
Los huevos de duros se vuelven revueltos y se confunden los cocidos con los duros. Huevos con chile, es un decir, porque la Canícula calienta de tal forma que enchila pero no sopla.
La Canícula pone a prueba a los gallos en cuestión de gallinas, El famoso gallito inglés. Los huevos son impredecibles e imprescindibles.
La Canícula que en realidad es un perro rabioso hace temblar a los huevos. Hoy en nuestro país no existe gallina con huevos de oro.
Puros blanquillos azules, bien dice el refrán: No pongas todos los huevos en una canasta… Porque se te quiebran. Los huevos son tibios. En México se agotaron.
Los huevos duros. El huevo fuerte. Faltan huevos. Y es cierto han aumentado los huevos. Pero hay más huevones. Ironía de las estadistas, miles de huevones y millones huevos y verijas pobres.
En fin, huevos tengan y con ellos te entretengas. Pero faltan huevos. Todo está revuelto.




