En contraste con lo que sucede en el PRI de Tamaulipas, que nadie o muy pocos están realmente interesados en dirigir al partido ahora que le ha tocado la mala suerte de desempeñar el papel de partido de oposición, en el PAN están que comen ansias para asumir las riendas de Acción Nacional, que por primera vez en 86 años será partido gobernante.
Y es natural, pues en tanto que en el tricolor los próximos jerarcas deberán de sujetarse a lo que alcancen las prerrogativas económicas dispuestas por la legislación electoral y las eventuales aportaciones de la militancia, los azules tendrán ahora a su disposición, aunque de dientes para afuera lo negarán porque es ilegal, las arcas del gobierno del Estado para operar sin tantas limitaciones.
He ahí uno de los factores que favorecerán a los panistas en los procesos electorales del 2018.
Pero no hay prisa.
De acuerdo con la información más reciente, la convocatoria que fijará las bases, términos y reglas a las que deberá de sujetarse la renovación de los mandos directivos estatales del PAN se daría a conocer por ahí del mes de septiembre, aunque será un mes después, es decir, para fines de octubre o primeros días de noviembre, cuando se procederá a la elección del sucesor de César Verástegui Ostos en la presidencia del CDE.
¿Quiénes son los presuntos aspirantes? No se sabe, pero de que la disputa del cargo va a ser intensa, nadie lo niega, ya que, quien sea el dirigente estatal del partido del 2016 al 2019, lapso durante el que tendrán lugar la sucesión presidencial y la renovación de las curules y escaños del Congreso de la Unión, será distinguido con un cargo de primer nivel, sobre todo si, así como ganó nuestra entidad, el blanquiazul saca otra vez al ex invencible de Los Pinos.
Esa circunstancia va a dificultar la intención de las cúpulas de que el cambio en las riendas albicelestes se resuelva con un candidato de unidad.
Lo único cierto a estas alturas es que, además del visto bueno del dirigente nacional, Ricardo Anaya Cortés, esta vez el nuevo guía de los panistas del Estado deberá de contar igualmente con la aprobación del gobernador entrante.
Mientras tanto, como elemento allegado al gobernador electo, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, todo indica que el Truco será invitado a ocupar un cargo de primera fila del gabinete administrativo del sucesor de Egidio Torre Cantú, como Secretario General de Gobierno o, en su defecto, de Agricultura.
En el Revolucionario Institucional, en cambio, a pesar de que son muchos los militantes con capacidad y experiencia para manejar la agrupación política, el nuevo pastor de los priistas tamaulipecos surgiría entre, si el dirigente nacional Enrique Ochoa Reza no dispone otra cosa, el coordinador de los diputados federales de la entidad, Édgar Melhem Salinas, y ex coordinador de giras presidenciales del presidente Enrique Peña Nieto, Alejandro Guevara Cobos.
Sin descartar, por supuesto, la posibilidad de que el relevo de Rafael González Benavides, sea una sorpresa similar a la ocasionada por la imposición del ex Director de la Comisión Federal de Electricidad.
Como muchos otros miembros del ex partido oficial, el próximo 30 de septiembre, los integrantes del cuerpo de colaboradores del gobernador Torre Cantú se irán de vacaciones forzosas de seis años, en especial aquellos considerados políticos sexenales, que surgieron a la vida pública al inicio de la gestión y concluirán sus carreras de servidores públicos cuando ésta concluya.
Casos concretos del diputado y presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Ramiro Ramos Salinas, quien, por más que movió sus influencias para buscar la candidatura a gobernador, ni siquiera se le hizo que le encargaran pelear la alcaldía de Nuevo Laredo.
Y más valió que así fuera ya que si lo hubieran lanzado a la contienda, en cualquiera de los dos casos, a estas alturas estaría lamentándose de la derrota.
El secretario de Educación, Diódoro Guerra Rodríguez, será otro de los desempleados, igual que Herminio Garza Palacios.
Los pocos que se salvaron de ir a calentar la banca son la ex secretaria de Desarrollo Económico y Turismo, Mónica González García, que, como diputada local tiene garantizado vivir del presupuesto los próximos tres años, lo mismo que el aún dirigente estatal, Rafael González Benavides.
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