Como sucede cada cuatro años, tanto en las olimpiadas como en las copas mundiales de futbol, cuando los resultados de los deportistas mexicanos son pobres, que es casi siempre, la falta de medallas de los juegos de Río de Janeiro, Brasil, ha provocado una serie de críticas a las instituciones del ramo de México y sacado a la luz pública algunas de las causas de la recurrencia del problema.
Esta vez, además, enfrentó a los dirigentes de los principales partidos políticos del país, Ricardo Anaya Cortés, del PAN, y Enrique Ochoa Reza, del PRI.
Después de que el primero responsabilizara del fracaso olímpico a las corruptelas de las autoridades deportivas, el priísta, que se dio inmediatamente por aludido y agraviado, respondió, imagínese el circo y la escandalera que se armaría si cumpliera su palabra, que documentará los casos de corrupción de los partidos opositores y en su momento formulará las denuncias a que haya lugar.
Lamentablemente para el jerarca tricolor, a los señalamientos del dirigente de Acción Nacional, se sumó el de la arquera Aída Román, quien dijo que la desvinculación del director de la Comisión Nacional del Deporte, Alfredo Castillo Cervantes, y del presidente del Comité Olímpico Mexicano, Carlos Padilla, con los deportistas, a los que dejan solos o los apoyan a cuentagotas, es una de las razones por las que el deporte mexicano no ha logrado superarse.
El representante de la CONADE, añadió la medallista olímpica de Londres, prefi- rió llevar a la justa deportiva a su novia, Jacqueline Tostado, con gafete oficial, tema que ha levantado mucho polvo en los días recientes, que médicos y preparadores que tanto se necesitan.
Algunos medios sudamericanos exhibieron al representante de la comisión deportiva por ese motivo. “Castillo da besos pero no medallas”, publicaron en alusión a las escenas románticas que el funcionario ha protagonizado con su amada en algunas de las competencias.
La realidad es que, como es del dominio público, no son pocas las veces en las que, en contraste con los funcionarios y los acompañantes o gaviotas ajenos al deporte que son incluidos en las delegaciones se dan vida de lujo en estos viajes, en la copa mundial de tiro de arco, por ejemplo, los competidores se vieron en la necesidad de pedir uniformes prestados porque no se los proporcionaron.
Lo mismo sucedió en los juegos panamericanos de Toronto, en los que a algunos clavadistas no les dieron trajes de baño y uno solo a los ciclistas. Tampoco es ninguna novedad que hay deportistas que
se ven precisados a organizar coperachas o a limosnear respaldo económico para solventar los gastos.
Alfredo Castillo se defiende, argumenta que en el caso de la natación los jueces castigaron a los mexicanos en represalia por haberse negado a organizar el campeonato mundial de clavados, razón por la que nuestro país fue multado con 15 millones de dólares. Lo que no ha dicho el controvertido funcionario es por qué se rechazó llevar a cabo un evento tan importante.
No son pocos, a propósito, los que no entienden cómo es que el titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte llegó a ese puesto, sin tener antecedentes y quizá la más remota idea en la materia, ya que antes sólo fue Procurador de Justicia del Estado de México, Director de la Agencia Federal de Investigación y Comisionado de Seguridad de Michoacán.
La respuesta es que tal vez el señor es uno de los más genuinos productos de la cultura del amiguismo.
Ya que hablamos de competencias, las encuestas más recientes confirman que en la carrera por la Presidencia de la República que estará en juego en la sucesión política del 2018 el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, sigue a la cabeza de las preferencias, seguido por la panista Margarita Zavala.
La novedad de las mediciones es que en el tercer sitio de la tabla de posiciones se encuentra el priista Miguel Ángel Osorio Chong.
Aparentemente, los avances logrados en las negociaciones que encabeza para desactivar el conflicto magisterial de la CNTE, le han permitido al secretario de Gobernación superar al de Educación, Aurelio Nuño Mayer, y al de Hacienda, Luis Videgaray Caso, el primero porque no se ha repuesto de las aporreadas que le propinó la Coordinadora y el segundo la devaluación del peso y los recortes presupuestales.
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