CIUDAD DE MÉXICO .- Los 60 años de experiencia como floricultor de Enrique Tenorio Ramírez fueron insuficientes para salvar a sus más de 10 mil nochebuenas de la tromba que cayó en Xochimilco. Sin importar que tuviera la ayuda de su hijo Leonardo, lo único que pudieron hacer fue ver cómo el agua ahogaba sus plantas.
Ambos recuerdan que el domingo pasado el cielo oscureció alrededor de las 18:00 horas, mientras que escuchaban los relámpagos que vaticinaban una tormenta. Don Quique y Leo hicieron lo mismo que en ocasiones anteriores: colocaron debajo de cada planta una maceta de plástico, con lo que se buscaba evitar que estuvieran al ras del suelo: taparon y reforzaron sus invernaderos; limpiaron las canaletas para evitar que el agua se desbordara y hasta montaron guardia por si algo sucedía.
Conforme avanzaba la noche y la tormenta se intensificaba, comprendieron que todas las precauciones fueron en vano. “El granizo que cayó hizo que se vinieran abajo los techos, obstruyeron las canaletas y ya sólo nos quedó por rescatar lo poco que se pudo.
Nosotros no podemos vencer a la naturaleza”, dice Don Quique mientras señala su producción de más de mil Begonias, planta que tarda aproximadamente un año para producirse para después ponerse a la venta entre los 25 y los 40 pesos.
“No hay manera de recuperar lo perdido, porque una vez que las plantas han absorbido una gran cantidad de agua ya sólo les queda como 15 días para que se pudra la raíz”, advierte Leo, quien tiene más de 20 años de experiencia como floricultor.
Ahora, un día después de que supieran que la tromba que cayó la noche del domingo y la madrugada del lunes, Don Quique y su hijo Leo recorren el resto de sus invernaderos. En total tienen más 5 mil metros de superficie para producir sus plantas de ornato.
A poco más de un mes de que inicie la venta de la flor de cempasúchil, Don Quique no tendrá producto para ofrecer, ya que el aguacero ahogó las plantas. Él y su hijo llevan sus plantas al mercado de Jamaica, Jamaiquita, al Mercado de Plantas de Tlalpan y también al del centro de Xochimilco. “Es imposible que tengamos algo para Día de Muertos, pero ya ni cómo hacerle”.
Sin embargo, esas no fueron sus únicas plantas afectadas. “Uy, las noche buenas ni imaginarlo. Es más, ni se puede caminar, porque está todo inundado. El agua cubría casi en su totalidad las plantas. Eran más de 10 mil las que teníamos en producción. Calculo que en pérdidas totales son más de 400 mil pesos”, señala Don Quique.
El floricultor comenta que el jefe delegacional de Xochimilco, Avelino Méndez, se reunió con algunos representas y productores del gremio. Explica que les prometió ayuda para rescatar su trabajo, pero “la verdad es que desconfío, porque hace un año sucedió otro percance, en esa ocasión cayó una helada y se perdieron muchas plantas. Dijeron que nos ayudarían, y lo cumplieron, pero con una grosería, sólo nos querían dar 200 pesos por una inversión de más de 20 mil pesos”, recuerda con amargura Don Quique.