Después de criticar y ofrecer las perlas de la Virgen para convencer a los ciudadanos de que votaran por ellos, el gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, igual los alcaldes de los 43 municipios del Estado tienen ahora que cumplir y demostrar con hechos que, como lo afirmaron durante las campañas electorales, eran la mejor opción de gobierno.
Una tarea nada fácil y para muchos casi imposible. Porque restablecer la tranquilidad y que las carreteras y las calles recuperen la seguridad en la que vivían los tamaulipecos hace 16 años, parece una labor titánica, sobre todo por la exorbitante deuda que dejó al reynosense el gobierno de Egidio Torre Cantú y la insuficiencia de recursos económicos que traerán consigo los recortes presupuestales.
El secretario de Desarrollo Rural, el ex priísta Gonzalo Alemán Migliolo, ya lo dejó entrever. Si el dinero de que disponía antes el sector campesino para ser productivo no alcanzaba, ahora que el dinero que recibirá será menor, la situación de los que viven del agro se tornará complicadísima, al punto de que nunca como ahora la necesidad de hacer más con menos había sido tan apremiante.
En situación similar a la del medio rural de la entidad se encuentran los municipios. La mayor parte del presupuesto con el que cuentan se les irá en pagar los préstamos que adquirieron sus antecesores, las abultadas nóminas de la plantilla de personal y el gasto corriente.
Lamentablemente para los nuevos jefes edilicios, a la gente no le importa cuáles son las causas de que los recursos económicos no alcancen para resolver los problemas más urgentes, si fueron las malas gestiones de los que les antecedieron en el gobierno, tampoco las deudas, lo que a los gobernados les interesa es que los solucionen y atiendan con prontitud sus exigencias.
La alcaldesa de Tampico, Magdalena Peraza Guerra, adelantó el viernes que, como sucedió en la primera gestión de gobierno, que dejó en ceros la deuda pública, en la que inició ayer enfrentará también la compleja problemática urbana sin pedir prestado y mucho menos hipotecará a las futuras administraciones.
¿Cómo le hará?, he ahí el dilema. Mientras se sabe de dónde sacará el peculio, la maestra anunció que continuará con la transformación del emblemático Parque Méndez, a una de cuyas canchas, por cierto, dotó de techumbre en el primer trienio, y le dará un mantenimiento permanente al Polydeportivo, que rehabilitó en la primera administración, para que el inmueble funcione al cien.
Como Magda en el acto de toma de posesión como alcaldesa de Tampico, de encomendarse a Dios para tener éxito en la nueva encomienda, la homóloga de la maestra en Altamira, Alma Laura Amparán Cruz, hizo bien en empezar también ayer las actividades públicas asistiendo a una misa en la parroquia de Santiago Apóstol, ya que, como están las cosas, verdaderamente la funcionaria va a necesitar de la ayuda divina para realizar una gestión positiva.
Entre paréntesis, el que lucía muy sonriente en el acto en el que el gobernador Cabeza de Vaca dio a conocer a los integrantes del gabinete administrativo era el ex alcalde y ex dirigente estatal del PRI, Álvaro Garza Cantú. Y, como no, si el evento tuvo lugar en el hotel de su propiedad, que seguramente será uno de los sitios en el que se celebrarán numerosas ceremonias del gobierno estatal.
Cambiando de tema, no obstante lo popular y carismático que parecía el alcalde de Reynosa, José Elías Leal, cuando estaba en el cargo, tanto que en algunos momentos no fueron pocos aquellos priístas que pensaron que el edil podría ser el candidato del PRI a gobernador, al concluir su mandato cientos de personas le organizaron a manera de despedida una piñata con su efigie y lo acusaron a gritos de corrupto, entre otras linduras.
Como dicel el viejo dicho, poderoso caballero es don dinero. A propósito, a la que le dieron una lamentable bienvenida fue a la alcaldesa Maky Ortiz Domínguez. A unas horas de asumir el puesto, la mencionada ciudad fronteriza que ahora gobierna la senadora con licencia y ex subsecretaria de Salud del gobierno Federal fue sacudida por una ola de bloqueos y actos de violencia que alteraron la tranquilidad y causaron alarma entre los moradores.
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