Siempre he intentado ser propositivo.
Es difícil en ocasiones ante lo adverso de las circunstancias, tratar de ver algún escenario con esa luz, pero de alguna manera casi siempre es posible si se quiere realmente observar el lado bueno de las cosas.
Le ofrezco una muestra de lo que expongo en estas líneas, en uno de los apartados que mereció mayor atención en el mensaje vertido por el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca el sábado pasado, en su rendición de protesta como tal. Sí, el de la frase: “No habrá borrón y cuenta nueva”.
La mayor parte de los oyentes o lectores lo entendió de la manera lógica: No habrá perdones graciosos ni olvidos providenciales para quienes hayan podido abusar de los puestos públicos que ocuparon en la administración saliente. Y tienen razón quienes piensen así, porque con seguridad esa será la aplicación básica de la advertencia.
Pero… ¿es esa la única interpretación que se desprende de esas palabras?
Para responder, me parece que un párrafo previo a ellas es digno de ser tomado en cuenta. Y es precisamente el que permite en mi percepción, encontrar
la lectura positiva del aviso que algunos tomaron como amenaza.
No hubo aplausos ni vítores para ese segmento, pero lo que dijo el mandatario es de vital importancia para el Estado. Si me permite lo repito, con una
disculpa por la falta de rigor literario:
“Vamos a valorar en cada Secretaría lo que ha funcionado, para fortalecerlo. Y para desechar lo que no sirva o no sea lo mejor”… y este es precisamente
el rostro luminoso del “no habrá borrón y cuenta nueva”.
En la opinión de su servidor, de la misma manera que no debe haber impunidad para quienes tal vez cometieron tropelías en la administración estatal anterior, también no debe haber desprecio u olvido a lo positivo, a lo que funcionó, a lo que le sirvió y aún sirve a los tamaulipecos.
Esta visión inicial de Francisco García de aprovechar, así fueran pocos, los avances que pudieran existir, hace la diferencia que lo lleva a actuar como estadista. De aplicarse esta política pública, se dejaría atrás la nociva e histórica práctica de echar a la basura proyectos y programas de gran trascendencia por el simple hecho de no ser producto de la nueva generación política.
Como ciudadano común, aplaudo esta forma de echar a andar la nueva carroza del poder. Seguramente habrá que cambiar muchas piezas de la misma, pero con certeza en algunos casos sólo necesitará engrasar los ejes de las ruedas para seguir caminando.
Y lo mejor, es que parece que el gobernador lo sabe…
Tres apartados
Y para concluir sólo unos apuntes marginales del mismo mensaje. Van los aciertos:
Me alegra la pensión para los adultos mayores de 70 años que lo necesiten. Igualmente me parece una medida apropiada el apoyo a cada niño en edad escolar en las familias precaristas. Lo mismo, incluir a la IP en la definición del rumbo económico.
Las dudas:
La unidad antisecuestros es una receta que no ha funcionado hasta ahora; ojalá ahora sí lo haga: La extinción de dominio ha sido mal utilizada en otros estados para cometer abusos en la incautación de bienes inmuebles y el buen deseo es que no se siga ese ejemplo. La descentralización es adecuada, si se cuida el factor humano, que es el flanco débil de esa medida.
El lapsus:
La frase “Tamaulipas tiene prisa” es un slogan que alguna vez utilizaron gobiernos emanados del PRI para sus actividades, con énfasis en la primera sílaba de “prisa”. Esa frase recordó matices de un pasado cercano. Cuidado….
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