16 diciembre, 2025

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Huida anunciada

Enroque

Como se avizoraba desde la derrota que sufrió el PRI el 5 de octubre, además de las decenas de funcionarios estatales y municipales priístas que dejarían el cargo a causa del triunfo de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, parece que el número de militantes del tricolor que labora en el gobierno del Estado que habrán de perder el empleo en el correr de los próximos meses, asciende a unas 5 mil 368 personas.

Esa sería la cifra de los elementos del Revolucionario Institucional que, según un trabajo periodístico de EL Universal, integrarían la nómina de la actual administración pública de Tamaulipas, de los 15 mil 399 empleados, 2 mil 459 son de confianza y 2 mil 760, sindicalizados, que prestan sus servicios al régimen estatal.

Para verificar cuántos empleados de los que están conectados al presupuesto de
la entidad militan realmente en las filas del ex invencible y cuántos reciben salarios
sin trabajar, el mandatario tamaulipeco ha ordenado una auditoría a la nómina y a la planta de personal, que seguramente arrojará sorpresas.

De acuerdo con la información del periodista Alberto Morales, la Secretaría que tiene asignada la mayor parte de trabajadores pertenecientes al tricolor es la de Administración, en la que laboran 690, seguida de
la de Finanzas, en la que se encuentran 678 y luego de la Secretaría General, en la que trabajan 597.
Se ignora cuántos serán los priístas que trabajan en los 43 municipios del Estado, pero se deduce que, como ocurre en el Estado, la cantidad es igualmente muy elevada.

¿Qué hará el jefe del Ejecutivo Estatal para sacar del aparato administrativo a los miembros del ex partido oficial o si, como Fox, preferirá cargar con ellos?

A ciencia cierta no se sabe, pero todo indica que si opta por la baja, en primer término despedirá a aquellos que desempeñan funciones ejecutivas y conforme disponga de dinero para pagar las indemnizaciones
a que haya lugar, procederá a la depuración del el resto a lo largo del sexenio, especialmente de los “aviadores” o de los recomendados cuyo trabajo no es necesario.

Lo que los panistas no aceptan, aunque entienden, es que, mientras que por una parte el Jefe del Ejecutivo despide a priístas, por la otra invita a Gonzalo Alemán Migliolo y Mario Leal Rodríguez, militantes distinguidos del PRI, a ocupar posiciones de privilegio en el cuerpo de colaboradores.

Pero en tanto el sucesor de Egidio Torre Cantú trata de despriizar el personal, los jerarcas Tamaulipecos del ex partido de
la Revolución se han declarado listos, eso dicen, para elaborar el plan de trabajo 20162017 que se pondrá que consideración del Comité Directivo Estatal, se deduce que al sucesor de
Rafael González Benavides y de la dirigente interina, Aída Zulema Flores Peña.

Si es cierto, como resultado de los estudios realizados en los meses recientes, la directiva ya tiene en su haber el diagnóstico para definir las directrices y decisiones, que antes tomaban unos cuantos en la casa de gobierno, pero que ahora, en virtud de las circunstancias, se verán obligados a compartir con los ex dirigentes estatales, ex gobernadores, diputados, federales y locales, y presidentes municipales, tanto en aquellas instancias en las que el partido es gobierno como en las que es oposición, para tratar de recuperar las posiciones políticas perdidas.

En los municipios, sin embargo, la debacle de hace 4 meses ha hecho cambiar de actitud de la militancia. Ya no será fácil a las cúpulas imponer caprichosamente candidatos a puestos de elección popular ni a designar, sin consultarla, a los responsables de los puestos directivos del partido, como lo hacían antes.

En lo sucesivo, comentan, para evitar derrotas a causa de decisiones equivocadas, las bases de los municipios de Madero y Altamira, por ejemplo, han resuelto que ya no acatarán sumisamente las decisiones cupulares, cuando no les parezcan van protestar y a impedir que se concreten, si es necesario. ¿Será? Lo dudo.

En el ámbito nacional, como se veía venir, por otra parte, todo indica que el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte De Ochoa, igual que su homólogo de Sonora, Guillermo Padrés Elías, se volvió repentinamente ojo de hormiga. Aunque la gente en la calle piensa que no es que el político haya huido, sino que, como al panista, lo dejaron escapar para evitar que suelte la lengua y exhiba a las autoridades y a los partidos políticos.

Sea cierta o equivocada la apreciación, eso es al menos lo que perciben los ciudadanos.

jlhbip@hotmail.com

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