1.- Hoy vivimos un temor generalizado por la violencia que sufre el país. Hay miedo a viajar, salir de compras, o acudir a cines, estadios, escuelas y demás centros de reunión.
2.- Informar hoy con veracidad sobre los hechos violentos que ocurren en todo el país, es un riesgo para los periodistas.
3.- En el marco de la acelerada reducción de los derechos y garantías a que han llevado la militarización del país, y la exagerada acción de las fuerzas del crimen, el periodismo ha sido una de las primeras víctimas de dichas confrontaciones.
4.- En la virtual abdicación institucional que vive el país, la gran mayoría de los periodistas, y en especial los de provincia, han sido sometidos por la fuerza de las amenazas.
5.- Con el entramado político y económico que hace posible las acciones de los delincuentes, sabido es que en muchos diarios y revistas los reporteros y columnistas han decidido no firmar los trabajos especiales sobre el crimen, y que otros mantienen una reserva extrema en el tratamiento de estos temas.
6.- El rescate de varios periodistas secuestrados, durante el gobierno de Felipe Calderón, provocó un mundo de sospechas sobre los motivos de su secuestro y de su liberación.
7.- Lo que está muy claro, es que el periodismo ha sido convertido en rehén y moneda de cambio, de las distintas fuerza nacionales y extranjeras que se disputan los negocios y el propio terreno nacional.
8.- El Gobierno de Peña Nieto a demostrado su absoluto desdén por el daño al periodismo, al mantener en la Procuraduría Federal de Justicia a personajes grises y sin fuerza, para atender las denuncias de la prensa, la radio y la televisión.
9.- Los periodistas han sido llevados a niveles cada vez más peligrosos de exposición y riesgo. “Cubrir” información pública, dar contexto a las notas, preguntar de más, incomodar o molestar a un declarante, publicar más allá de los límites sabidos, puede significar, en todo el país, la recepción de llamadas telefónicas amenazantes; la expresión directa de esos amagos, golpes, maltratos e insultos y, en casos muy extremos, el secuestro y el asesinato.
10.- En todo el país, sobre todo entre quienes reportean directamente, se pasea el fantasma de la amenaza, la impunidad y la autocensura. La República del Miedo no tiene periodismo suficiente para informarse, discutir y analizar. Todos somos rehenes de la República del miedo.
11.- Como evidente ejemplo del combate a los periodistas, está el caso de Veracruz, donde durante el gobierno de Javier Duarte se cometieron 15 asesinatos a comunicadores, y 40 han tenido que fugarse del estado ante las amenazas de muerte que recibieron. Estos resultados comprenden hasta la fecha de la licencia del gobernador Duarte, pero todo indica que el clima de terror seguirá prevaleciendo en dicha entidad.