26 abril, 2025

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Ambiente de fiesta en panteones de Matamoros

En el cementerio Antiguo se declamaron poemas, leyeron calaveras y músicos deleitaron con algunas de sus interpretaciones a la gente

MATAMOROS, Tamaulipas.- En esta ocasión, durante el Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos -también conocido como Día de Muertos-, los panteones municipales lucieron muy diferentes, incluso el ambiente que se vivió ahí también lo fue.

Desde muy temprano la gente empezó a llegar a los cementerios, algunos ya con los arreglos florales que colocarían en las tumbas de sus seres queridos que ya se adelantaron en el camino, mientras que otros ahí los adquirieron.

Como ya es costumbre, no solo los comerciantes dedicados a la venta de arreglos florales y coronas tuvieron un buen día, sino también quienes venden comida u ofrecen sus servicios para limpiar tumbas o cantar alguna de las melodías preferidas de las personas que ya fallecieron.

El ambiente que se vivió en los panteones fue de fiesta, como en el de Los Tomates, donde algunas personas contrataron los servicios de los famosos “fara-fara”, quienes cantaron algunas canciones al pie de algunas tumbas.

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El cementerio más visitado fue el conocido como Los Tomates, tal vez por ser en estos momentos el más grande y estar dentro de la mancha urbana de la ciudad, así como el De la Santa Cruz, el más nuevo de la ciudad.

Si bien el menos visitado siempre es el Panteón Antiguo, en esta ocasión ahí se vivió un ambiente muy diferente, pues se ofrecieron eventos artísticos, como declamación de poemas, lectura de calaveras y música en vivo.

Esto mismo se presentó en el panteón de Los Tomates, sin embargo, en el Antiguo el ambiente fue muy diferente, posiblemente porque a este cementerio se le considera como un sitio histórico, como uno de los atractivos más importantes de la ciudad.

Y no es para menos, pues ahí se encuentran las sepulturas de muchas de las personas que forjaron la historia de esta frontera, tumbas, muchas de ellas, que podrían ser consideradas como monumentos históricos de Matamoros.

Ahí, en ese comentario que fue fundado el primero de enero de 1832 se encuentran las tumbas de Don Miguel Barragán, quien fue presidente municipal cuando Lucio Blanco tomó Matamoros, en 1913.

Así como los de la maestra Edubiges González; el poeta José Arrese; los del ingeniero Leopoldo Palacios, un reconocido perito y músico; los del general Eugenio López, quien murió en la Batalla de “Las Antonias”.

Asimismo, de la familia Cross, como son Don Melitón y José Cross; Juan McMillan, un gran comerciante; los del capitán Antonio Echazarreta, quien publicó el Plan del Tahuachal y fue fusilado precisamente en 1913 en el mismo cementerio.

También se encuentra ahí la tumbas de Don Eliseo Paredes, así como la de las familias Danache e Hinojosa, personajes que en su momento fueron muy conocidos en esta ciudad fronteriza, por formar parte de los formadores de la ciudad.

El lugar, del que el alcalde Jesús Juan de la Garza Díaz del Guante pretende convertir en un gran atractivo turístico, se puede encontrar un mausoleo impresionante en honor a Ramón Elizondo, construido en 1891, así como la tumba de Servando Canales, militar que combatió con los liberales en la guerra de Reforma.

En el panteón se encuentra la sepultura de Manuel Junco de la Vega, padre del escritor Celedonio Junco de la Vega; de Josefina Menchaca; de Cristóbal Montiel, primer cónsul de Cuba en Matamoros, así como la del pirata irlandés Ricardo Everett.

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Asimismo, están sepultados ahí los del francés Eduardo Seuzenen, quien construyó el Mercado Juárez; los de Leocadio Muñoz, cuya tumba fue construida con piedra que se trajo de Europa y los de la familia De la Garza Falcón y García, a quienes el rey de España les concedió la posesión de lo que hoy es el Condado de Cameron, en Texas.

Algo muy interesante, es que en dicho cementerio, donde el presidente municipal inició ayer su recorrido por los panteones que son administrador por el Municipio, se encuentra una tumba que es réplica del sepulcro del Gran Corso, Napoleón.

O la de una especie de reproducción de la cúpula de lo que es el edificio de Los Inválidos de Paris, aquel edificio que fue construido en el Siglo XVII para ser destinado como residencia de los soldados franceses retirados del servicio.

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