Oiga…¿Y el SNTE?
Pareciera que al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, en su Sección 30, no sólo le cambiaron dirigencia. Pareciera que lo cambiaron de planeta o por lo menos de continente.
A raíz de la sustitución de su anterior líder Rafael Méndez Salas, de quien nadie quiere acordarse ni de broma, el gremio magisterial tamaulipeco navega en una especie de mar tras la tormenta, donde después de que todo pasa nada pasó.
Su nuevo Secretario General, Rigoberto Guevara Vázquez, ha adoptado un estilo de “nadar de muertito” sin enarbolar por lo menos abiertamente banderas de grupos, sin recurrir a alianzas, sin establecer compromisos y sin armar acuerdos visibles con el poder en turno. En los hechos, pocos o nadie saben hacia dónde va o con quiénes camina.
¿Es bueno o es malo para los mentores esa postura de su nuevo pastor en esta geografía, en las circunstancias políticas que vive el Estado y tan cerca de otro escenario electoral?
Como dijo el aduanal cuando le preguntaron si podían pasar un coche ilegal: “Depende”.
Si se trata de una estrategia razonada para tratar de allegarle a los profesores mayores márgenes de negociación en aumentos salariales, prestaciones y otros beneficios laborales como institución, entonces deberían levantarle un monumento, porque quien ocupó antes su lugar sólo se ocupó de acrecentar groseramente su fortuna personal y montar un harén con cuanta chica se atravesaba en su camino.
Pero si la explicación de su aparente medrosidad es una posible postura timorata, de temor o doblegamiento anticipado ante la nueva generación gubernamental, entonces estaría condenando de antemano a una de las pocas organizaciones que tiene el tamaño, la capacidad, el dinero y la estructura estatal y nacional para medir fuerzas con cualquier orden de autoridad. Por el bien de los maestros ojalá sea la respuesta la primera opción. Si no es así, le vendría bien recordar al dirigente una frase que le escuché a un maestro en el movimiento magisterial armado en el sexenio cavacista: “El gigante despertó; no se volverá a dormir”.
¿Dejará Rigo que vuelva a la cama…?
Un buen deseo
.Dios le conceda larga vida a los periódicos…
No es la frase anterior una especie de rezo trasnochado ni es una mafufada producto de una etílica noche de añoranzas profesionales. Tampoco es la manifestación de un sueño surgido sobre las rodillas al amparo de una aromática taza de café.
Es un auténtico buen deseo dirigido a quienes aman al buen periodismo, derivado de lo que se ha convertido en la televisión lo que un día fue oportuno manejo noticioso en reemplazo de la información a fondo de los medios escritos y que hoy en muchos casos, demasiados, es un cotilleo electrónico casi sin sentido,
en el obsesivo afán de no ser engullido por las redes sociales, en donde ofrecen a sus seguidores una sarta de liviandades que por lo menos en eso sí son dignos rivales de “memes” y trivialidades semejantes.
Que me perdonen las rutilantes estrellas de la televisión, quienes con certeza dirán –tal vez con razón– que soy un animal en extinción, pero cada vez que veo un noticiero de televisión, amo y aprecio más los artículos y reportajes de mis periódicos favoritos…
La frase de hoy
“Muchas personas están demasiado educadas para hablar con la boca llena, pero no les preocupa hacerlo con la cabeza vacía…”
Orson Welles/Actor y director de cine estadounidense
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