¿Es miel sobre hojuelas?
La frase, utilizada popularmente por los españoles para señalar situaciones donde todo parece ser felicidad, parece aplicarse para quienes han lanzado sus campanas a repique, como potenciales depositarios de varias de las posiciones políticas y administrativas más importantes en el inicio de este sexenio. Una de ellas, como todos ya sabemos, con nombre y apellidos. Francisco Javier Garza de Coss.
El puesto, también ya difundido ampliamente tanto en el medio oficial como en los medios, es la Jefatura de la Oficina del Gobernador. En el caso de Garza de Coss, en la Zona Norte. De punta a punta, de Nuevo Laredo a Matamoros, incluido San Fernando y anexas.
De la jerarquía y alcances de ese brazo gubernamental nadie puede albergar dudas, sobre todo si es verdad que dentro de sus atribuciones está la llave de la caja registradora, así que Garza de Coss y quienes resulten sus colegas en encomiendas similares en otras zonas del Estado, con certeza jugarán un papel destacado en el juego de las sucesiones legislativas, municipales y vaya usted a saber si en la del 2022.
Pero… ¿Es esa la única lectura?
La historia ha demostrado que en la política, en una regla constante, se persiguen dobles y hasta triples objetivos en las decisiones de los hombres y mujeres del poder. Esta no tiene por qué ser una excepción.
Ciertamente una interpretación de esos nombramientos es la confianza depositada en sus responsables, pero otra traducción marca un mandamiento político de oro y totalmente diferente, que es mantener cerca y ocupados a quienes se consideran figuras preponderantes y que en un momento dado podrían significar un riesgo en el equilibrio, la armonía, la unidad, y en un caso extremo, hasta en la lealtad hacia un partido, hacia un hombre o hacia un proyecto.
Lo anterior no conlleva mensaje alguno para nadie. Lo que sí demostraría, es la sagacidad de un gobernador que sabe premiar a sus amigos y colaboradores, pero también sabe que del poder sólo se delega la operación, nunca las decisiones.
Cuidado con el que se equivoque en esa percepción…
Maki, Maki…
El caso Maki Ortiz en Reynosa, para el cual parecía tejerse un final semi feliz, sigue siendo una enredada madeja.
Después de que los voceros del gobierno estatal aclararon que ese orden público no está enfrentado con ese ayuntamiento fronterizo, en la contingencia climatológica sufrida por esa ciudad la alcaldesa dio un desmentido, sin decirlo abiertamente, a lo asentado por los primeros.
Y lo hizo con clase. En su cuenta de Facebook hizo un llamado público al gobierno del Estado para que éste haga una declaratoria de emergencia en la localidad, que sirva de base para solicitar posteriormente una declaratoria de zona de desastre y de esa manera atender las urgencias que surgen de ese tipo de problemas.
¿Por qué lo hizo por esa vía?
Bueno, eso parece indicar que los canales oficiales de comunicación no están tan expeditos como se dice, pero para los efectos requeridos a la alcaldesa le funcionan inclusive mejor por las redes sociales, porque evidenció una necesidad municipal ante tirios y troyanos y el Estado, aunque de todas maneras con seguridad lo hubiera hecho como ya se vio en el sur, ahora parecerá que responderá porque ella lo pidió. Touché.
No sé si será por habilidad o por instinto femenino, pero la dama está marcando la agenda…
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