En contraste con lo que sucede en gubernaturas y alcaldías, en las que ha resultado aceptable para la sociedad que sean mujeres las gobernantes, encargar a una integrante del género femenino la presidencia de la República no cuenta aún con el respaldo suficiente de los ciudadanos.
Y no es asunto de machismo político, la experiencia demuestra que no son los hombres los que se oponen a que sea mujer la presidenta de México sino las propias ciudadanas. Si no fuese así, siendo las electoras mayoría del padrón de votantes les habría permitido ya llevar a los Pinos a una de sus compañeras.
Se trata de una resistencia histórica en la que han tenido mucho que ver las ideas religiosas. Los católicos, como es del dominio público, no admiten que las mujeres sean sacerdotes, mucho menos que ocupen el cargo de papa, que es una posición reservada exclusivamente para los varones.
Como consecuencia de todas estas ideas y creencias, en México se otorgó a la mujer el derecho a votar y ser votada para cargos de elección popular hasta el 17 de octubre de 1953 y fue la priista Griselda Álvarez Ponce la primera mujer gobernadora que ocupó ese puesto en su Estado natal, Colima, en 1979.
Luchar contra ese atavismo será uno de los retos que tendrá que vencer Margarita Zavala, si el voto de los panistas la elige candidata presidencial en la sucesión política del 2018, que no pudo superar otra aspirante del Partido Acción Nacional, Josefina Vázquez Mota en las elección federal del 2012.
Otro de los obstáculos que tendría que enfrentar igualmente la ex primera dama sería la pesada carga negativa que su esposo se ganó con la guerrita emprendida contra el narcotráfico que, además de los cientos de miles de muertos que ha ocasionado, tiene abatidos a los mexicanos.
La elevación a rango legal del principio de equidad de género le ha dado una fuerte relevancia a la participación de las mujeres en el servicio público de todos los niveles del gobierno, pero no se sabe si esta es aún suficiente para abrirles camino al poder ejecutivo federal.
En los Estados Unidos, que otorgaron el voto a las mujeres en 1920, fue hasta este año cuando dieron por primera vez el visto bueno para disputar a la presidencia a una dama, la señora Hillary Clinton, que podría llegar a la Casa Blanca, gracias al machismo, prepotencia y racismo vulgar del magnate republicano Donald Trump.
La tercera traba de los panistas será doblegar a Andrés Manuel López Obrador, el opositor más popular que peleará por tercera vez el gobierno de México, ahora como abanderado del Movimiento Regeneración Nacional, MORENA, que apenitas logró, aunque para la mayoría de los mexicanos en forma fraudulenta, Felipe Calderón Hinojosa, se dice que con la ayuda subrepticia del PRI en los cuestionados y reñidísimos comicios presidenciales del 2006.
Para los mexicanos que prefieren que gane el candidato del partido demócrata o el republicano, habría que recordarles que, sea quien sea el presidente de los EE. UU. , para el régimen estadounidense nuestro país seguirá siendo, no un socio ni un amigo, ni un vecino, sino el traspatio de los norteamericanos.
En medio del revuelo causado por las elecciones de los Estados Unidos, la noticia que ha sido motivo de beneplácito para muchos fue la decisión de la suprema corte de justicia que echó ayer abajo el fallo sobre el proyecto de sentencia que prevé que cualquier persona que se sienta agraviada por información publicada en los medios de comunicación solicite el derecho de réplica, aunque se trate de datos verídicos.
La mayoría coincide en que, a pesar de lo lamentable que esto resulta, es preferible que se abuse de la libertad de expresión a que se restrinja este derecho.
En asuntos de otra índole, el gobierno del Estado instaló ayer en ciudad Victoria el comité de evaluación de los daños causados por las lluvias del jueves pasado que, de acuerdo con cifras preliminares dadas a conocer por el director estatal de Protección Civil, Pedro Granados Ramírez, en el sur del Estado afectó a alrededor de 70 mil personas, un adelanto de lo que sucederá en el futuro, si no se realizan las obras hidráulicas que se requieren para contrarrestar el problema.
Aunque el ideal sería que se impidiera el otorgamiento de permisos de asentamientos irregulares en áreas de riesgo, que es, sin lugar a dudas, uno de los principales causantes de las afectaciones por las contingencias climatológicas.
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