El autor es Premio Nacional de Periodismo 2016.
Se acabó…el PRI en México se acabó. Además de los constantes errores del supremo gobierno, el tricolor recibió los santos óleos de parte de diversos funcionarios que surgidos de sus filas se dedicaron literalmente a ejercitar la corrupción al más alto grado de excelencia. Piense sobre todo en ex gobernadores que no vacilaron en convertirse en reyezuelos de su propia voracidad. ¡Y vaya que rebasaron la imaginación!. El escribidor está cierto de que no menos de diez de ellos ahora mismo juegan a las vencidas con la impunidad. En el caso de Veracruz y otros más que están en lista de espera, ya veremos hasta dónde alcanza a encubrir la tolerancia institucional.
El asunto es que el PRI luce desahuciado ante la sociedad civil y por lo tanto destinado a desalojar el palacio nacional en el 018 sin excusa ni pretexto. No hay remedio para un partido que escrituró el país a su nombre y distribuyó la riqueza social en los bolsillos de algunos de sus favoritos.
De manera que el PRI se irá dejando pestilente olor a azufre que podría ser combatido solo con voluntad política de quienes se verán precisados a recoger los despojos de la república. Pero, ¿cómo se protagonizará la guerra que se avecina?. Ya no hay duda que será entre una izquierda verdadera y la derecha patrocinada por grupos de interés. En este sentido de alguna manera se radicalizará la contienda presidencial que asoma tras las rendijas del maltrecho escenario electoral o electorero, que no es lo mismo pero es igual.
Sea que con los ajustes del presente, México retorna a los orígenes de una nación en busca de identidad después del fracaso de otras luchas que sólo pospusieron el objetivo democrático y de justicia social de los primeros emancipadores. Ni cómo negar que las causas que abanderaron las distintas confrontaciones en las últimas dos centurias se vieron reducidas al obscuro interés de pandillas que ahora mismo no saben cómo cubrir los boquetes morales y económicos que produjera su desmedida ambición. La deshonra de México ante el mundo se debe a la clase política engendrada principalmente por el PRI. Y ni modo que sea invento.
Por ello no se requiere mucha ciencia para asegurar que el tricolor será vergonzosamente expulsado de Los Pinos el próximo año así tuviera como candidato al mismito Plutarco Elías Calles. Mientras tanto el dirigente Enrique Ochoa Reza trata de recomponer la difícil situación de su partido llamando a integrar una comisión anticorrupción. Antes de que usted se carcajee, el escribidor afirma que es demasiado tarde por la sencilla razón de que los abusos del poder rebasaron cualquier película de terror. Por ello no extraña que por caminos, brechas y veredas surjan protestas y exigencias como resultado de erróneas acciones de quienes calcularon mal el grado de respuesta de la sociedad civil.
Quedamos en que la despedida del PRI es inminente después de consumir las distintas oportunidades que tuvo para gobernar al país. Y es que al tricolor solo resta pedir perdón y encerrar a quienes denigraron el oficio político. En este punto usted preguntará, ¿ y quién va a cerrar a puerta por fuera?.
Margarita y Amlo
Pues ya le digo. El próximo combate presidencial será entre izquierda y derecha. Algunos medios sitúan a Margarita Zavala y López Obrador como serios contendientes. En ambos es explicable por la seriedad y entusiasmo que han puesto a sus pretensiones. También en ambos casos se trata de ensayos. ¿Una mujer como presidenta?. A la esposa de Calderón ayuda la posibilidad de que este martes la Hillary pudiera ser electa sucesora de Obama al margen de sus cualidades sociales que no se discuten, al contrario se le reconocen.
Sin embargo justo reconocimiento merece también la tenacidad de AMLO. Él es sobreviviente a ataques con armas de todos los calibres políticos. Y sin embargo se mueve. A los mexicas falta probar un gobierno de auténtica izquierda alejado de prejuicios personales y con objetivos de justicia social muy claros. Y es a estos objetivos a los que teme la oligarquía que desde tiempo inmemorial controla el interés nacional, incluidos los recursos sociales.
Por otra parte Margarita es carismática y de intenciones políticas sanas e ideal para ensayar otra forma de gobernar. AMLO y la panista podrían protagonizar una elección histórica de lo que derivaría un cambio de rumbo para esta nación en cuyo desastre lleva la penitencia.
Sucede que
La canalla del café opina que ya es tiempo de conocer los nombres de quienes llevaron a Tamaulipas a la quiebra. ¿Cuál es el temor?, ¿cuál el compromiso?. Es hora de que los excesos del pasado reciente sean materia de conocimiento público con nombres y apelativos antes de que la desconfianza conduzca a la frustración social.
Y hasta la próxima.