El viernes opté por no perder mi tiempo y me siento muy feliz, satisfecho, contento, por haber invertido dos horas por la noche en haber preferido ver el partido de la Selección Mexicana ante Estados Unidos, que terminó con un gran triunfo y además me permitió ver fútbol de gran nivel que por una gran parte del juego tuvo el equipo tricolor.
Al ir de regreso del sitio donde acudí a ver el juego hacia las instalaciones de Expreso encendí la radio y sintonicé la transmisión del juego de Correcaminos, donde -para no variar- lo primero que escucho es que va perdiendo, ahora el verdugo es Dorados y el narrador afirma que con ese resultado el equipo otra vez -también para no variar- no clasificará a la Copa MX.
Gracias al reporte de los Daniel’s, Ríos y Vázquez, me entero que entre muchos pretextos, acusaciones, sinvergüenzadas y hasta mentiras, Pepe Treviño lamenta no poder haber cumplido con el objetivo de calificar al torneo copero.
El domingo, desde muy temprano se escuchó el estruendo de unos cuetones que a muchos nos despertaron; era la peregrinación desde varias parroquias que se congregarían en una misa multitudinaria nada menos que en el Estadio Marte R. Gómez encabezada por el Obispo de la Diócesis de Ciudad Victoria, don Antonio González Sánchez.
Los medios de comunicación reprodujeron la entrevista con el líder católico quien con una sonrisa que no podía ocultar, sostuvo que “logramos lo que no puede Correcaminos, llenamos el estadio”.
Cuando personalmente me manifestaba para solicitar un buen exorcismo que aleje los demonios del vetusto estadio y de paso que le sacaran el chamuco a Pepe Treviño que el viernes ooootra vez -de nuevo para no variar- amenazó e insultó a un aficionado, resulta que momentos después nos enteramos que la estadística sí ubica a Correcaminos en el torneo de Copa MX.
¿Milagro o coincidencia?… vaya usted a saber, tal vez sea simple ignorancia.
Lo que si es que ya no sé a cuál santo rezarle y lo digo muy en serio, es preocupante que la apatía, la soberbia, el nepotismo y la corrupción sigan predominando en Correcaminos.
A eso súmele la prepotencia de un entrenador incompetente como José Sigifredo Treviño Ruiz y su auxiliar Gastón Obledo.
De tres torneos dirigidos en dos no pudieron calificar, en uno lo hicieron de rebote y horas antes del juego se andaban peleando con aficionados en redes sociales.
Treviño particularmente ha demostrado que no tiene respeto ni por su trabajo, ni por la institución ni por la afición; el viernes, muy molesto tildó de “pendejo” a un aficionado y amenazó con golpearlo.
Ya no pido que reaccione la directiva pues son parte de la misma mafia, pero ¿eso lo seguirá solapando la UAT?.
Al menos usted amigo aficionado ya no se preste a que un equipo le falte el respeto en la cancha y menos que un tipo que vive del fútbol le insulte.
Ya entrados en gastos díganme qué necesito para hacer otra misa en el estadio para que todos estos diablos se alejen o al menos que santo pongo de cabeza ya para que de una vez por todas le rumben.
@luisdariovera




