16 diciembre, 2025

16 diciembre, 2025

«Nostalgia del aguinaldo doble»

Diagnóstico Político

Cuando se aproxima el invierno decembrino, y esos días en que el comercio organizado divulga sus ofertas para rematar a Santa Claus; a muchos funcionarios les invade la añoranza del “Aguinaldo Doble”. Recuerdan con nostalgia aquellas épocas felices en que viajaban en primera clase, cuando la vida era tan alegre como una feria, y la fortuna una muñeca querendona que los apapachaba todos los días. A esos años dorados corresponde el “Aguinaldo Doble”, cuando los funcionarios recibían el fajo, el bonche, la paca, o el sobre lleno de dólares para gozar una navidad de príncipes, entre manjares, vinos, risas, damiselas, baile y mucho rebane y reventón. Hoy recogemos los sentimientos de pena de muchos funcionarios por la pérdida del “Aguinaldo Doble”, y le rendimos el emotivo homenaje de la evocación con los pensamientos siguientes.

1.- El “Aguinaldo Doble” era el ansiado y magnífico trofeo de la “pandilla feliz”, era el gol de los consentidos, el jonrón de los favoritos y el orgasmo de los primorosos. Era la nómina maldita, el cofre del pirata y la gran piñata de los elegidos. Alcanzaba para cumplir con la domadora, la secundaria y uno que otro voladito.

2.- Se recibía en una ceremonia ritual de manos del “señor” y se agradecía en voz baja, con balbuceos de emoción, reverencias de humildad, y hasta con temblorinas y lágrimas sinceras de mucha devoción. Caer de rodillas y desmayarse ante el “gran jefe”, era el éxtasis total de la gratitud.

3.- El “Aguinaldo Doble” retribuía los méritos del trabajo fecundo, y cubría además, la elevada factura de la complicidad política. Era una forma elegante de sobornar moralmente a los subordinados, y compensaba servicios tan distinguidos como los de alcoba, celestinaje, intriga, “mano negra”, “fuego amigo”, bufonería y pillaje.

4.- Se otorgaba siempre en metálico, y no se confundía con otras prestaciones como el pavo de doble pechuga, la caja de Don Perignon, el Rolex, los perfumes franceses, el collar de perlas, el automóvil del año o el contrato de obra pública, que eran beneficios adicionales de la dorada “pandilla feliz”.

5.- El “Aguinaldo Doble” provocaba renuncias, ceses, divorcios, defunciones, romances e intrigas de la más baja estofa, porque siempre era tentador vengarse de algún adversario robándole el aguinaldo de los dientes.

6.- Significaba también la medida del futuro o del poco futuro, que le quedaba a los funcionarios dentro del régimen, ya que el monto del premio indicaba la medida del afecto del patrón. El “Aguinaldo Doble” implicaba también el perdón del jefe por las tropelías cometidas durante el año, y el visto bueno para seguir cometiéndolas durante el siguiente.

7.- Simbolizaba la medida del cariño del jefe, y por eso se volvía poco, cuando poco era el cariño o se convertía en nada cuando se causaba baja de la gracia y consideración del “gran señor”. El “Aguinaldo Doble” restañaba heridas, apagaba rencores, olvidaba desprecios y encendía por un año más la llama de la lealtad hacia el “divino maestro”.

8.- Era la gran oportunidad anual del gobernante para recuperar a los resentidos, a los olvidados, a los humillados, a los que no habían tenido asiento en el banquete presupuestal, o habían perdido su cuchara y andaban ladrando de desprecio y vomitando rencor y veneno hasta por las orejas… En fin. Así eran aquellos bellos tiempos del “Aguinaldo Doble”, que hoy muchos funcionarios recuerdan con nostalgia y que infortunadamente nunca más volverán.

Facebook
Twitter
WhatsApp

DESTACADAS