A estas alturas, muchos de los que hacemos opinión en Tamaulipas, debemos preguntarnos: ¿Quién es el que protege y clausura cualquier intento de cuestionar por la vía legal al sexenio de Egidio Torre Cantú? Es de sobra conocido que, varios de sus más altos colaboradores, salieron hinchados de dinero, y que la pasada administración no resiste, la más mínima auditoría.
Para nadie son un secreto, los escándalos registrados en el periodo administrativo que culminó el pasado 30 de septiembre. Pero…. en lugar de castigarlo, ahora sucede que desde el CEN del PRI, el ex gerente de la CFE, decide premiarlo, elevándolo al olimpo tricolor, donde hasta hace poco, todos creíamos que habitaban los más distinguidos, pero ahora sabemos que moran los cómplices mayores del sistema.
Lo anterior, avala de manera contundente, el discurso del líder de MORENA, Andrés Manuel López Obrador. Es archi conocido que el estratégico mensaje del tabasqueño se sostiene sobre la afirmación de que el PAN y el PRI, son la misma cosa, y de que unos y otros, en ambos partidos, se tapan con la misma cobija.
En nuestra opinión, no creemos que la actual administración estatal que preside Francisco García Cabeza de Vaca, proteja al ex gobernador.
Informativamente, quienes integran el equipo de la alternancia en Tamaulipas, sienten un menosprecio por todo lo que se mueva contra el contratista Torre Cantú. O sea, no lo atacan, pero tampoco lo defienden, y lo dejan suelto, a merced de las opiniones tanto ciudadanas, como de quienes nos dedicamos al tema mediático.
Lo cierto es que, al menos en Tamaulipas, lo que está haciendo el PRI de Enrique Ochoa Reza, es totalmente anti político, porque miles de priístas en el estado, se sienten defraudados por un sexenio egidista que lejos de apoyarlos, los trató con la punta del pie. A los modestos operadores tricolores que trabajaron en los diversos municipios de la entidad, siempre los trajeron con la tripa pegada al espinazo. Lo que muchos de ellos sienten por el pasado inmediato, no es precisamente agradecimiento.
Si analizamos con rigor lo que está ocurriendo en el CEN priísta, (con el reciente palomeo de delegados egidistas), nos damos cuenta que se trata de un conciliábulo a nivel de cúpulas políticas, que no tiene conexión alguna con las bases de este partido en Tamaulipas. Mientras continúen por la misma senda, los del PRI en la entidad, van a cosechar solo el desprecio de los leales militantes que ellos mismos han dejado solos.
Y esto va, para todos aquellos distinguidos del alto pedorraje tricolor, los que tienen pedigree político, y que hasta hace poco solían engalanar las ruedas de prensa y los actos fastuosos y futuristas de su partido. En esta categoría, lo mismo caben diputados federales con una jugosa dieta en San Lázaro, que chicos bien, con un nombre pomadoso en el otrora partidazo.
Sigan por el mismo camino de la incongruencia señores. Van bien, como el Correcaminos, van bien, pero bien derechito a ocupar el tercer o cuarto lugar de las preferencias en el 2018.
Por lo que se ve, a nadie, pero a nadie, le interesa la suerte del PRI en Tamaulipas. Señores de MORENA, ahí tienen un cheque en blanco. Es cuestión de que le muevan un poco, para que sus bonos y los del candidato Andrés Manuel López Obrador, suban significativamente.
Con estos delegados nacionales del egidismo, considerado con toda justicia como el estómago del PRI el pasado 5 de junio, ¿para qué quiere enemigos el PRI en Tamaulipas?
Sin embargo, para Ochoa Reza, ETC y su grupo, son los héroes tamaulipecos por excelencia. Ni Ricardo Anaya, desde el PAN lo hubiese hecho mejor.
VICTORIA, PRESUPUESTO RESPONSABLE PARA 2017.- El alcalde Óscar Almaraz Smer, acaba de anunciar que, en el 2017 que se avecina, la capital contará con un buen presupuesto destinado al rubro de infraestructura. Dicho dinero público, dijo, se ejercerá dentro de la más estricta austeridad. El alcalde presidió el desfile de éste 20 de noviembre en esta capital. Ayer encabezó labores de bacheo y alumbrado en la López Mateos y otros sectores de la capital.
Mientras tanto, en el tema de la inseguridad que aqueja Tampico, donde cobra como alcaldesa Magdalena Peraza Guerra, la cámara restaurantera, acaba de hacer acopio de imaginación, y está proponiendo que se utilicen los botones de pánico. También están pidiendo que se intensifiquen los rondines de la policía estatal y de la llamada fuerza civil. Los empresarios del ramo gastronómico, temen que en esta temporada decembrina, se vayan a disparar los ilícitos. Así están las cosas, en la querida pequeña patria de la exitosa y emprendedora diputada federal Paloma Guillén Vicente.
