CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Cinco mil 234 millones 707 mil 878 pesos gastaron las familias tamaulipecas en protegerse de la inseguridad o atender afectaciones de salud provocadas por actos delictivos en los últimos dos años.
De acuerdo a la base de datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el costo a consecuencia de la inseguridad y el delito aumentó 28 por ciento en Tamaulipas del periodo 2015-2014 a 2013-2012.
A nivel nacional, el costo total a consecuencia de la inseguridad y los ilícitos en los hogares en México ascendió a 159 mil 747 millones 142 mil 300 pesos, según resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública (Envipe). De 2012-2013, el monto fue de 134 mil 925 millones 397 mil 366 pesos. Al comparar los montos bianuales, el incremento es de 24 mil 821 millones 744 mil 934 pesos.
Cabe mencionar que el trabajo del INEGI mide las variables de pérdidas a consecuencia de los delitos cometidos, gasto en medidas de protección contra la delincuencia y gastos a consecuencia de daños a la salud para estimar el costo total del delito. Sin embargo, se considera que los dos tipos de gastos son los que impactan en los bolsos de los hogares.
En los últimos dos años se estiman un millón 811 mil 887 personas en hogares con alguna medida de protección. En 2012 y 2013, de acuerdo con la Envipe, se detectaron un millón 626 84 personas. El alza es de 185 mil 803 ciudadanos con casa en territorio tamaulipeco.
El estimado de tamaulipecos con alguna afectación de salud es de 3 millones 992 mil 234 en los últimos 4 años. Dos millones 59 mil 966 fueron reportados en 2014 y 2015 y un millón 932 mil 268 en los dos años posteriores.
Las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) que estudian el tema de seguridad detectaron que los tamaulipecos se protegen con herramientas rústicas, como rejas en ventanas, puertas y perímetros de las casas, y también usan la tecnología de los sistemas de videovigilancia, alarmas, chip’s contra secuestro y blindaje en vehículos.
La compañía Key Business Process Solutions, firma especialista en equipos de telecomunicaciones, redes, videovigilancia y soluciones profesionales de software, informó que el 9 por ciento de sus ventas ocurren en Tamaulipas.
En su reporte mensual de octubre, la compañía detalló que la tendencia a la alza del segmento se ha mantenido en los casi 10 meses del año en curso, por lo cual no descartó que al cierre del 2016 el crecimiento comparado con 2015, sea entre el 10 y 14 por ciento.
“La inseguridad ciudadana y la necesidad de autoprotección en México, son el principal motor que mueve a la ciudadanía a adquirir soluciones de seguridad electrónica, por lo cual los equipos de video IP, seguido de alarmas y controles de acceso encabezan la lista de compras en 2016. Hoy colonias y
vialidades de grandes ciudades como las de México, Guadalajara, Monterrey, Querétaro, Toluca (bajo el concepto ciudad segura), hogares, pequeños y medianos negocios, así como corporativos, son vigilados de forma remota, en buena parte por los avances de la industria de la seguridad electrónica, que gracias al internet está al alcance de cualquier bolsillo”.
El principal mal que detona la inseguridad y violencia es a nivel psicológico. En las principales ciudades de Tamaulipas se han registrado ausentismo y la suspensión de clases, ante rumores de amenazas y bloqueos por parte del crimen organizado que provocan un miedo generalizado.
“Al ser una psicosis, su fundamento no corresponde con la realidad. Las personas basan su miedo en la creencia de que van a sufrir un daño directamente, en vez de pensar que están en una situación posible de sufrirla, es decir, cambian la probabilidad matemática de una amenaza posible a una real”, explicó
el psiquiatra José Guillermo González.
En lo individual, el no salir de casa o faltar a clases o la exposición a los eventos traumáticos, ha derivado en la parálisis de alguna extremidad o pérdida de sensibilidad en alguna parte del cuerpo.
Otros síntomas potenciales son convulsiones, amnesia, dificultad respiratoria, crisis de ansiedad, pérdida de alguno de los sentidos, debilidad, palpitaciones, pérdida de peso, diarrea, hinchazón abdominal, vómitos o estreñimiento.
“No a toda la gente le afecta en la misma proporción, porque tenemos diversos genéticas y vivencias de crianza y creemos en la información a grados distintos”, afirma el especialista médico.
El Instituto para la Seguridad y la Democracia, en su informe “Una aproximación a los costos de la violencia y la inseguridad en México”, sostiene que en las ciudades medias y grandes, aunque el fenómeno del desplazamiento es menos evidente, la clase media han decidido blindarse. De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (2012), hasta 2014, el blindaje de automóviles se ha fortalecido en 35 por ciento.
Desde 2006 —cuando se inició la “guerra contra el crimen organizado”— hasta ahora se han blindado casi seis mil 500 autos; esto es 0.30% del parque vehicular del país. Las cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz dan cuenta de que en estos años, ocho de cada diez (80%) camionetas o automotores acorazados que circulan por el país son utilizados por empleados de la iniciativa privada, es decir, ciudadanos de clase media con poder adquisitivo alto que son protegidos por los consorcios para los que trabajan.
El mercado de trajes antibalas: trajes, sacos, chamarras y corbatas se consolidó en México. Los precios van desde 399 hasta 12 mil dólares (éste es el precio de una camisa Polo, capaz de resistir el ataque de una Uzi). En el marco de la Expo Seguridad, el empresario colombiano Miguel Caballero, apodado “el Armani del blindaje” o “de las antibalas”, declaraba durante su visita a México que, con sólo una tienda en el país, las ventas aquí ya representaban 30% de sus ventas en el mundo, con lo que se convirtió en su tercer comprador, sólo por debajo de Estados Unidos y Brasil.
Al respecto del daño en salud, en 2015, el jefe del departamento de Salud Mental de la Secretaría de Salud de Tamaulipas, Juan Héctor Ortega Suárez rechazó que la crisis de inseguridad que se vive en la entidad sea el único motivo del incremento de los males psicológicos y psiquiátricos. Enumeró que el aumento de la población que deriva en hacinamiento, la competencia escolar y profesional, la inyección de nuevos valores junto con factores biológicos, psicológicos y medioambientales inciden en estos padecimientos.
“No es factor único que por delincuencia organizada una persona tenga un mal mental. Diez personas se someten a un mismo estímulo y reaccionan de manera distinta; la infraestructura psicológica que trae cada individuo es diferente. Si inciden los problemas sociales en las enfermedades emocionales, pero están sujetas a la vulnerabilidad individual”.
Empero, la demanda de atención hospitalaria psiquiátrica en Tamaulipas aumentó, por lo que la capacidad se amplió en los centros de Tampico y Matamoros. Los trastornos depresivos y de ansiedad que provocan suicidios son las principales enfermedades mentales que padecen los tamaulipecos.
las cifras
2014-2015
Cinco mil 234 millones 707 mil 878 pesos
2013-2012
Tres mil 764 millones 175 mil 924 pesos
Aumento del 28 por ciento
Tamaulipas
Gastó en medidas de protección contra la delincuencia
2015
2 mil 127 millones 999 mil 790 pesos
2014
2 mil 323 millones 603 mil 918 pesos
2013
Mil 730 millones 646 mil 983 pesos
2012
Mil 888 millones 482 mil 857 pesos
Gastos a consecuencia de daños a la salud
2015
258 millones 728 mil 720 pesos
2014
524 millones 375 mil 450 pesos
2013
52 millones 149 mil 200 pesos
2012
92 millones 896 mil 884 pesos
Costos del delito (incluye pérdidas a consecuencia de los delitos cometidos, gasto en medidas de protección contra la delincuencia y gastos a consecuencia de daños a la salud)
2015
5 mil 596 millones 259 mil 772 pesos
2014
6 mil 377 millones 291 mil 382 pesos
2014-2015
11 mil 973 millones 551 mil 154 pesos
2013
4 mil 072 millones 245 mil 853 pesos
2012
5 mil 065 millones 231 mil 518 pesos
2012-2013
9 mil 137 millones 477 mil 371 pesos
el apunte
Inversión per cápita contra inseguridad
36 mil 33 pesos por habitante en Guerrero
30 mil 160 pesos por habitante en Baja California Sur
29 mil 178 pesos por habitante en Morelos
29 mil 3 pesos por habitante en Colima
27 mil 791 pesos por habitante en Baja California
26 mil 259 pesos por habitante en Quintana Roo
25 mil 947 pesos por habitante en Sinaloa
21 mil 297 pesos por habitante en Tamaulipas
20 mil 792 pesos por habitante en Chihuahua
17 mil 525 pesos por habitante en México
Fuente: Instituto de Economía y Paz (IEP).
Por violencia se pierden 73 mmdp
El impacto económico de la violencia en Tamaulipas durante 2015 ascendió a 73 mil 297 millones 842 mil 306 pesos, dinero que no se produjo, de acuerdo al Instituto de Economía y Paz (IEP).
La entidad mejoró levemente en el índice de Paz, en comparación con los últimos dos años. Aunque no logró salir del listado de los diez estados menos pacíficos; ahora ocupa el sitio número 25.
El informe 2016 indica que la entidad redujo el indicador en .351 puntos porcentuales, ubicándose en el sitio 13 de los estados con mayor mejora, entre Quintana Roo y Jalisco. Nayarit, Durango y Nuevo León fueron quienes más avances registraron.
En México, el nivel de paz mejoró 0.3 por ciento, cifra que representa el menor avance en los últimos cinco años. Guerrero sigue siendo la entidad menos pacífica, seguido de Sinaloa, Morelos, Baja California y Baja California Sur.
A nivel nacional el indicador económico aumentó a 2 billones 120 millones de pesos en 2015, lo que representa 13 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Esta cantidad equivale a 17 mil 525 pesos por habitante.
Para el combate a la violencia de los grupos delincuenciales que operan en Tamaulipas, el IEP informó, se destinó 21 mil 297 pesos por habitante. Para calcular el impacto estatal se multiplicó esta cifra por la cantidad de habitantes del estado, es decir, 3 millones 441 mil 698.
El gasto hecho por el gobierno, la Iniciativa Privada y la sociedad tamaulipeca colocó a la entidad en el octavo sitio nacional. Los ciudadanos de Guerrero fueron quienes más destinaron recursos, 36 mil 33 pesos per cápita. El menor es Veracruz, con 8 mil 485 pesos por habitante.
En el documento, el Instituto explica que el impacto es resultado de medir “los gastos relacionados con la contención, la prevención y el manejo de las consecuencias de la violencia. La cifra incluye costos directos e indirectos, así como un efecto multiplicador. El efecto multiplicador calcula la actividad económica adicional que se habría generado si se hubieran evitado los costos directos de la violencia”.
A partir de 2008, el gobierno de Tamaulipas no ha detenido la escalada de violencia. Hace 8 años la entidad cruzó el umbral de los 2.32 por ciento en el índice de paz. El nivel más álgido fue 2011 donde creció hasta 3.09 puntos porcentuales. En los años subsecuentes la calificación ha bajado lentamente, según muestra el registro de los últimos doce años del IEP.