En contraste con lo que sucedía hace un año, en diciembre del 2015, cuando estaba en todo su apogeo el proceso de selección de candidatos a gobernador, alcalde y diputaciones, y las fiestas decembrinas fueron un buen motivo para expresar la alegría y el optimismo con los que los militantes del PRI veían entonces la renovación de los poderes políticos del Estado, ahora nada los reanima, parecen abatidos y enfadados con las cúpulas que no hacen nada para sacarlos de la depresión.
La posada de hace un año, en la que los priistas lucían entusiastas y seguros, provocó incluso una escandalera.
El dirigente, Sergio Villarreal Bricston, quien desapareció del escenario público y de las oficinas del partido, tras la debacle del 5 de junio, provocó protestas airadas y reacciones de malestar por invitar a la celebración a Magdalena Peraza Guerra, que ya se perfilaba como la virtual candidata de la alianza con el Verde y el Panal a la alcaldía tampiqueña.
El ex alcalde Fernando Azcárraga López puso el grito en el cielo y Roberto González Barba hizo el berrinche de su vida tras enterarse de que asistiría la maestra al convite priista, que consideraron un agravio después de que en el 2010 la ex alcaldesa abandonara las filas priistas para disputar la presidencia municipal con la camiseta del PAN.
Esta vez, sin embargo, fue el reveso de la medalla. El tradicional evento navideño, escenificado en el auditorio municipal, fue discreto. Aunque otra vez asistió Magda, ahora nadie protestó ni echó en cara nada por ello al aún jerarca priista porteño.
El ágape decembrino de ciudad Madero fue similar. Como el dirigente Felipe Jiménez Rodríguez no convidó a la gente del ex alcalde Guadalupe González Galván, para lo único que sirvió fue para resaltar las pugnas irreconciliables que aquejan al tricolor de la urbe petrolera, pugnas que no son privativas del sur ni de Tamaulipas sino de todo el país.
Noticias de la frontera indican que, como en nuestra zona, la pérdida de la gubernatura, la mayoría del congreso y de algunas de los principales municipios de la entidad, además tristeza y lamentaciones, avivaron en el norte los enconos de amplios segmentos del partido político contra los seguidores del ahora ex gobernador Egidio Torre Cantú y del antecesor de este Eugenio Hernández Flores.
El presidente priista de aquella ciudad, Omar Elizondo García, pidió la coperacha de ex alcaldes, dirigentes y ex dirigentes todos los sectores y organizaciones, para darle el máximo realce a la fiesta pero ninguno aportó siquiera una bolsita de dulces. La causa no fue la falta de dinero, sino que ninguno de ellos quiere saber nada de los jerarcas priistas impuestos por el ex gobernador, empezando por la presidenta interina del CDE, Aída Zulema Flores Peña, a la que muchos militantes destacados están exigiendo su renuncia, porque ven en ella a la más viva representación de ETC.
La ausencia de la figuras emblemáticas y de renombre del priismo tamaulipeco en la posada de ayer, así lo confirma.
Como en Tamaulipas, parece que nada reanima a los priistas de la mayoría de los Estados de la República. Si a raíz de la pérdida de siete gubernaturas el Revolucionario Institucional entró en estado de shock, a estas alturas los signos vitales de la organización partidista son tan débiles que parecen a aquellos que preceden a los de una defunción.
Antes de concluir, la que ya no siente lo duro sino lo tupido del golpeteo del Congreso estatal es la alcaldesa de Reynosa Maky Ortiz Domínguez. Si la senadora con licencia sobrevivió a un derrame cerebral y a una balacera ocurrida a unos metros de las oficina del comité de campaña cuando recorría las calles en busca del voto de los ciudadanos, dicen los enterados que será muy difícil que la funcionaria sobreviva a los embates del cuerpo legislativo.
A menos de que, llegado el caso de su enjuiciamiento político que se le prepara para sacarla del cargo, como sucedió al alcalde de Cuernavaca, Morelos, Cuauhtémoc Blanco, la Suprema Corte de Justicia se compadeciera de ella y acudiera igualmente a frenar el acoso, aunque fuese momentáneamente, a la titular del ayuntamiento le esperan tiempos complicados.
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