6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

Laberintos del poder

Quisiera…

Laberintos del poder

Me cuesta trabajo escribir sobre temas tan lamentables como política, economía o escenarios sociales cuando mañana será Nochebuena, pero en una especie de maldición que rige desde hace ya bastantes años, es imposible desligar esa fecha del acontecer presente.

Resulta sumamente complicado intentar una reflexión cargada de valores como amor o generosidad, como nos dijeron abuelas y madres desde niños que eran atributos de diciembre, si nos atenaza la zozobra derivada de una serie de acontecimientos que han convertido a nuestro solar en gran medida en una sucursal del infierno.

Ante esa especie de misión imposible de alejar la Navidad de los truculentos acontecimientos de nuestro diario vivir, me permitiré, ya que el sábado de Nochebuena no aparecerá esta colaboración, exponer una cauda de “quisieras” en materia política y terrenos anexos, a manera de buenos deseos ante la inminente nueva edición del nacimiento del Niño Dios y lo que eso significa o significaba en las familias mexicanas.

Ahí van:
–Quisiera en esta Navidad y en lo que le resta a este mes, ver cumplidas las promesas de gobernador tras gobernador de Tamaulipas –en donde todos han fallado– de cuidar que impere la paz pública.

–Quisiera que en las noches pudiera tomar mi almohada y mi frazada favorita para dormir sin mantener el teléfono en las manos, para esperar una llamada tranquilizadora de mis hijos sobre su seguridad o lo que es peor para ellos, quisiera no acosarlos cada 15 minutos para preguntar si están bien.

–Quisiera poder abrazar a mi hermano y hermanas que viven en otras ciudades, quienes no me visitan porque propios y extraños les han dicho –con razón– que nuestra patria chica está infestada de asaltos en las carreteras, de los que ni los autobuses están exentos en esa ahora falsa seguridad de antaño, en que ser muchos parecía un manto protector.

–Quisiera por una vez en la vida atestiguar un cambio de partido en un gobierno en donde realmente se honre la palabra de la nueva generación del poder sobre manejar una administración pública con los y las mejores, sin persecusiones políticas y sin continuar esa nefasta práctica histórica de borrar todas las huellas de un antecesor, “para que no haga sombra”.

–Quisiera que los gobiernos, cualquiera que sea su competencia y rango, nos dijeran, como los médicos honestos que dicen cuánto le queda de vida a un enfermo terminal, si la economía nacional y local está tan dañada que terminará también con nuestras exiguas finanzas familiares o personales y mantendrá nuestros bolsillos –ya a ni cartera llegamos– vacíos. En una frase, que no nos jugarán el dedo en la boca cada tres o seis años.

Y para finalizar esta perorata decembrina y de fin de año, expongo el último deseo en esta lista, que ya refleja en forma clara el desquiciamiento mental que afecta a su servidor:

–Quisiera que existieran Santa Clos y los Reyes Magos.

Atentamente: Un iluso más de Tamaulipas. Pero eso sí, optimista hasta el último de mis alientos.

¡Dulce Nochebuena y Feliz Navidad!…

¿Trivial?
Algo no está funcionando bien en la mayoría de las Secretarías del gobierno estatal. Y no me refiero a su trabajo, sino a algo propio de estas fechas y en apariencia trivial: las posadas.

Será falta de empatía, de comunicación o de calidez, pero esos festejos que antes reunían a los trabajadores alrededor de sus jefes, se han visto en muchos casos semivacíos, con notorias ausencias de gran parte del personal en donde ni la posibilidad de un regalo ha sido un atractivo. ¿Será rechazo?
Cuidado: de lo que parece insignificante han surgido muchos problemas mayores…

Twitter: @LABERINTOS_HOY

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