Que está en los pies porque aún no toma su paso. El aumento de las gasolinas abre la cadena de precios en la canasta básica. El desempleo tiende sus fauces para morder, el hambre, la desesperación y la pobreza abren las cadenas de la angustia y la desesperación.
El tiempo difícil ya está. La máquina del tiempo no va para adelante sino que busca por los lados, para avanzar .
El tiempo se detiene en la barriga de los pobres con la sonrisa hiriente del salario mínimo.
Un tiempo de agruras porque las celebraciones navideñas y de año nuevo escalda la panza de felicidad por unos días, porque la renovada realidad toma su curso.
El curso de las necesidades y la fajada del cinturón, noches de euforia y promesas por cumplir. Noches de amor y de abrazos, noches de brindis y solicitudes de amistad y amor.
Noches de licores y comida a reventar y cohetes.
Si, cohetes hasta las cachas con la concebida pedorrera. Pedos desquiciados que pronto se evaporarán en la realidad del acelere de inflación.
El tiempo que muere, el tiempo que vive. El tiempo imposible detener en la tragedia y la desesperanza en que vivimos en Mexico.
