Muy válidas las manifestaciones que se registran a lo largo y ancho del territorio nacional por el gasolinazo, por ese golpe a la economía de los más pobres de la República mexicana propiciado por el gobierno federal y sus cómplices, lo que no se vale es que mucha gente aproveche la situación para cometer ilícitos.
Todos los mexicanos nos sentimos agraviados, de una u otra manera hemos manifestado nuestro descontento con el sistema y el mal manejo de sus políticas públicas que están llevando a este país al retroceso pero, le insisto, hay de manifestaciones a manifestaciones.
Vemos que se hacen protestas pacíficas, una marcha para que se dé reversa al gasolinazo, con todo y que PEÑA NIETO ya dijo en su discurso de inicio de año que no habrá tal cosa, eso es bueno.
Lo malo es que luego a la convocatoria acuden personajes, no se sabe si dirigidos o por iniciativa propia, que incitan al pueblo a ir saqueando establecimientos, contaminando el ambiente, espantando a la gente, quemando llantas o almacenamientos de combustibles, atentando contra quienes generan empleos, a eso nos referimos, a que la ciudadanía no debe protestar de esa manera.
Los atropellos vestidos de descontento popular no le hacen bien a nuestro país, al contrario, provocan caos, que se genere psicosis, se estimule la delincuencia y se den malos ejemplos a las nuevas generaciones y así, señores, no vamos a llevar a este país a buen puerto.
Quizá digan que saquear grandes almacenes no daña en nada porque tienen su mercancía asegurada, sí, pero qué necesidad hay de que expongan la vida de los trabajadores y los lleven a situaciones complicadas que hasta sin empleo se pueden quedar, los empleados de los grandes almacenes o firmas extranjeras no son culpables de nada, también son ciudadanos que sienten el desprecio oficial pero igual tienen que salir a trabajar.
Además las grandes empresas extranjeras que operan en nuestro país al ver todos los disturbios y sus pérdidas pueden optar por retirar de nuestro país su inversión, cerrar operaciones comerciales, y eso provocaría más desempleo, se estancaría más la economía, se tendrá menos circulante y eso no es bueno para nadie.
Es triste ver en los medios de comunicación nacional y en las redes sociales acciones verdaderamente de vergüenza, encapuchados saqueando y no se ve que sea por necesidad porque suben lo robado en vehículos de reciente modelo, se llevan pantallas que no son para comer, no están robando alimentos, lo están haciendo por hacer daño tomando lo que no es suyo.
La verdad es malo que sea el mismo pueblo el que provoque que se retiren inversionistas de nuestro país, que se genere desempleo y se atente contra la economía de México y la integridad de las personas, eso no es bueno.
El descontento es contra el sistema no contra los de a pie, no contra los trabajadores, las manifestaciones y la lucha deben de ser en contra del gobierno federal y en contra de los diputados y senadores, no en contra de los comerciantes que generan empleos, ni de la misma ciudadanía que trabaja en las empresas.
Incluso las expendedoras de combustible, las gasolineras, tampoco son culpables, ellos sólo son distribuidores, también sienten los estragos del aumento al IEPS, más en la frontera donde se tenía un subsidio para que no estuvieran en desventaja con los establecimientos del mismo ramo que operan en Estados Unidos.
El cerrar gasolineras es un tanto atentar contra nosotros mismos, si no hay combustible se paraliza hasta el comercio y economía local, es como dijo un amigo, como si matáramos a la paloma que trae el mensaje.
¿Por qué no manifestarse mejor en las cámaras de Senadores y Diputados, o en la misma Secretaría de Hacienda?, el único pecado del pueblo es haber elegido a un mal presidente.
Hagamos conciencia, las manifestaciones no deben de ser oportunidades para banalizar, decimos si a las protestas con sentido y responsabilidad pero no al vandalismo, no al saqueo, no al oportunismo.




