CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Este fin de semana terminará una tradición que lleva más de 30 años, en la que grupos de amigos acudían de madrugada después de cada fiesta por un “dogo”, o al atardecer familias enteras para disfrutar de un buen elote mientras los niños jugaban.
Tristes y sin estar de acuerdo, los vendedores del estadio platican que después de años dejarán su lugar de trabajo el próximo lunes, acción que les pegará en los bolsillos, pero también en lo sentimental, ya que más que un lugar de venta ya era un hogar en la que muchos crecieron.
Tal vez la familia más afectada es la Arredondo Coronado, la cual ya contaba 39 años de vender los famosos elotes, esos que se colocan frente a la parada de los taxis y que cada día venden más de 200 con “chile del que pica, del que pica mucho y del que casi no pica”.
Israel, quien quedó responsable del negocio, platica que desde los 5 años acude a este lugar, ya que su padre vendía elotes desde hace 39 años, puesto con el que mantuvo durante décadas a la familia al colocarse día y noche sin importar el clima.
La información completa en la edición impresa de mañana viernes 13 de enero.