No obstante la urgente necesidad de ayuda que se requiere para enfrentar los aumentos indirectos de precios causados por los gasolinazos, el pacto económico puesto en práctica por el gobierno para aligerar los efectos del alza a los combustibles no tuvo la acogida que se esperaba.
Incluso hubo voces de rechazo, entre ellas la de los integrantes de la Confederación Patronal de la República Mexicana, la Coparmex, que calificaron la medida de improvisada, que no se consensuó debidamente, además de que carece de metas concretas y de compromisos claros, destinada más que a blindar a la economía familiar a proteger la imagen gubernamental.
Razones por las que se negaron a suscribirlo.
Desde la óptica de la agrupación empresarial, el acuerdo es incompleto, no fue resultado de un diálogo social, además de que se les entregó apenas dos horas antes de darse a conocer.
Es notable, asimismo, que entre los firmantes no aparecen organizaciones sociales no gubernamentales, la mayoría de las que estamparon la rúbrica en el documento son alineadas al gobierno, como la CTM, el Congreso del Trabajo, la CNC y la CROC, que apoyan, sin cuestionar, todo lo que les piden las autoridades.
Aunque ya existen indicios de que la medida será un fracaso, en el correr de los días se sabrá con toda certeza si el nuevo pacto resulta eficaz o se convierte en una disposición de papel, inocua, como las que acostumbran tomarse desde el poder cada vez que se imponen disposiciones lesivas para la sociedad.
También si, como ha sucedido con otras acciones similares, termina por ser aplastado por la realidad, como ha empezado a suceder.
En la frontera, por ejemplo, las gasolinas se venden, la magna a 15.80 y la premium a 17.26, no a 12.89 y 15.88, como se dijo que se había pactado, y no son pocos los establecimientos que de 14 subieron a 16 pesos el kilo de la tortilla, una escalada que no podrá detenerse porque es consecuencia del aumento de los costos de producción generado por la carestía de los combustibles.
La experiencia demuestra que, salvo contadas excepciones, las empresas no tienen capacidad para absorber las alzas porque se expondría o a recortar personal, para subsistir, o a cerrar los negocios por incosteabilidad.
Hasta los gobiernos municipales, el de Tampico entre ellos, se están viendo precisados a aligerar la nómina para atenuar los efectos de los recortes presupuestales que traerá consigo la crisis.
La que de plano escupió para arriba fue la ex primera dama de México, Margarita Zavala. El error de criticar el incremento de las gasolinas para tratar de sacarle raja política al problema cuando durante el sexenio de su esposo el presidente Felipe Calderón Hinojosa aumentaron en un 70 por ciento, la verdad fue un desplante de cinismo y desvergüenza que insulta a todos.
Habría sido más inteligente que se quedara callada.
Quizá, como han predicho lo brujos, el candidato del PAN a la presidencia de la República no será, como muchos piensan, ni la esposa de Calderón Hinojosa ni el dirigente nacional de los panistas, Ricardo Anaya Cortés, sino un aspirante que se encuentra mucho más abajo de las encuestas. ¿El gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle? Se aceptan apuestas.
Este martes 10 de enero, por otra parte, se cumplen 28 años del encarcelamiento del extinto dirigente nacional del sindicato petrolero, Joaquín Hernández Galicia, que puso fin a una etapa del sindicalismo, pero que, desafortunadamente, no fue para bien, pues los cacicazgos obreros que tanto daño han hecho al país, como el representado por Carlos Romero Deschamps, sucesor de “La Quina”, continúan campantes, como la corrupción y la impunidad que ahogan a Pemex y a México.
A propósito de la urbe petrolera, causó reacciones diversas la salida del ayuntamiento de Madero de la mesa de seguridad del sur de Tamaulipas y más que el alcalde Andrés Zorrilla descalificara al presidente de la instancia, Luis Apperti Llovet, como interlocutor en la materia, diferencias que no ayudan al restablecimiento de la tranquilidad que el gobernador Cabeza de Vaca tendrá que resolver de inmediato.
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