La salida de Fernando Azcárraga López del PRI de Tampico ha fortalecido la idea de que el ex alcalde porteño podría engrosar las filas del Partido Movimiento Regeneración Nacional y enarbolar la bandera de lucha de la agrupación de izquierda para pelear, con la camiseta guinda, alguno de los cargos de elección popular que estarán en juego en el proceso electoral del cada vez más cercano 2018.
En las mesas de café del sur del Estado coinciden en que la renuncia del Tampiqueño con Ganas al Revolucionario Institucional no fue producto de un arrebato o de un acto impulsivo, sino porque el aludido ya tiene amarrado un lugar de privilegio en la organización fundada por Andrés Manuel López Obrador.
Otras de las especulaciones cafeteras vaticinan asimismo que, antes de que termine el año, la alcaldesa Magdalena Peraza Guerra anunciará que no buscará la reelección de presidenta municipal para la gestión 2018-2020 como representante de la alianza del PRI con el Verde Ecologista y el PANAL, como lo hizo en el 2016, sino que lo haría como candidata independiente o de MORENA.
Los malpensados, que nunca faltan, consideran que, no obstante que Magda y Fernando son como el agua y el aceite, no se descarta que los dos ex priistas podrían representar al partido de AMLO, la maestra como candidata al gobierno de la ciudad y Azcárraga como candidato a diputado federal o a diputado local, una mancuerna que, con todo y lo que se diga, sería la mejor opción para tratar de impedir la vuelta del PAN al palacio municipal.
¿Absurdo? ¿Ilógico? Quizá, pero vivimos tiempos inéditos en las que puede ocurrir cualquier cosa por disparatada que parezca.
Ahí está el caso de la elección del priista Alejandro Murat Hinojosa, hijo de José Murat Casab, como gobernador del Estado de Oaxaca en donde al PRI y a los Murat nadie los quiere, o la de Rubén Moreira Valdez, a pesar de las corruptelas, abusos y excesos del poder de su hermano Humberto en el de Coahuila.
El triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos es otro ejemplo.
Hablando de otras cosas, aunque las circunstancias y las entidades federativas son distintas, no se descarta que la disputa electoral de gobierno del Estado de México que se definirá el próximo 4 de junio tuviese un desenlace similar a la de la contienda de la gubernatura del año pasado de Tamaulipas.
Como en nuestra entidad, el rechazo al PRI y al grupo político Atlacomulco que prevalece en la mexiquense es tan fuerte que todo indica que será también, como en la que ahora gobierna el panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca, el hartazgo contra el tricolor el principal aliado de la oposición, la representada por el PAN y MORENA, el factor primordial que permitirá poner fin a más de ocho décadas de hegemonía política priista.
En Tamaulipas ganó Acción Nacional, pero no por el arrastre que el partido albiceleste tuviera entre los tamaulipecos, sino más bien porque, como el PRD era un aliado subrepticio del ex invencible, el partido de la derecha representaba la opción más viable de la que disponían los votantes para impedir que siguiera en el gobierno el ex partido oficial.
El escenario electoral de Edomex luce tan deplorable para la causa y los aspiraciones del priismo que no son pocos aquellos que piensan que Josefina Vázquez Mota, no el primo del presidente Enrique Peña Nieto, Alfredo del Mazo, es la carta con la cuenta el partido que ahora gobierna el país para evitar una eventual victoria de la aspirante de Morena, Delfina Gómez Álvarez.
Y como sucedió en nuestro Estado en los comicios del 2016, los verdugos del Señor Del Mazo no serán los panistas ni los morenistas, sino los propios priistas que, cansados y resentidos del compadrazgo y el amiguismo con el que se reparte el poder de la agrupación en la que militan en el Estado que gobierna Eruviel Dávila, van favorecer con el sufragio, como lo hicieron aquí con García Cabeza de Vaca, a la candidata de Andrés Manuel López Obrador o la de Acción Nacional.
Aunque, a diferencia de lo sucedido en estas tierras en las que el PAN fue el blanco de los ataques del PRI y de sus aliados, en la tierra de EPN todo apunta a que el centro de las descalificaciones no será la ex candidata presidencial de la derecha sino el Peje y el partido que encabeza, que es el verdadero adversario del contendiente priista y del actual gobierno de la República.
jlhbip@hotmail.com