Juan Andrés Cruz, ex presidente municipal de Tula, Tamaulipas, será en breve citado al Congreso del Estado para que explique sobre el desvío de treinta millones de pesos que no ha sabido aclarar dónde se invirtieron o dónde se encuentran, razón por la cual un buen número de ex alcaldes del trienio anterior andan algo espantados porque sus nombres principian a ser mencionados como los que podrían ser llamados a dar cuenta de un buen número de obras que aparecen en sus informes pero que no existen.
Al parecer hay la intención de meter a la cárcel a dos que tres ex ediles que le madrugaron los dineros a los pueblos que gobernaron, se compraron ranchos ganaderos y abultaron sus cuentas bancarias. Después Dios dirá.
En fin, esperemos que pasa, sucede o acontece en días más adelantes, por lo pronto ya se trabaja discretamente en estos asuntos principalmente en Tula.
Pues hoy es veinticuatro de febrero, Día de la Bandera, y hasta el momento nada se sabe cuál es el programa cívico para este viernes a nivel estatal y municipal, en tal virtud vamos a ver que sucede o acontece en este día, si habrá parada cívica o no y que escuelas y autoridades harán acto de
presencia frente al monumento a La Bandera. Recuerden que hoy es un día que no se descansa pero si celebra.
Chihuahua, como han pasado los tiempos y digo lo anterior porque en el viejo Llera del que vengo, recuerdo bien que se festejaba en grande El Carnaval, había reina, bailes, desfile de carros alegóricos, disfraces y baile con orquesta y hasta conjuntos norteños.
La reina del pueblo era coronada y como casi siempre era una jovencita de la gran sociedad del campo o la ciudad su elección resultaba todo un señor evento.
Ganaba la que lograba el mayor número de votos y cada uno de estos costaba un peso de los viejos, de aquellos billetes rojos que había.
Los animadores del baile y encargados de orillar a la gente a soltar el dinero fueron en sus inicios don Roberto Castro, don Juan Rodríguez y don Rafael Paz.
A propósito a este último le pasó un chistoso caso, pues resulta que como tesorero del comité del carnaval era el encargado de guardar el dinero en su casa y un buen día cambió todo cuando con pena y vergüenza aseguró que no podía entregar el dinero del reinado porque al cruzar por un canal se le cayó y el agua se lo llevó.
La raza en vez de enojarse soltó la carcajada, pues nadie le creyó tal cosa pero como antes no había fijón ahí murió todo.
Pues bien quise traer estos recuerdos hasta hoy olvidados para hacerles ver y saber a la gente de estos días que en los años de los que hablo las obras encaminadas por el ayuntamiento en turno se realizaban con la cooperación del pueblo; que había que pintar la escuela, pues hacer un reinado; que había que limpiar las calles sin pavimentación alguna había que sacar un reinado; que se necesitaba un kiosco pues a trabajar socialmente para tenerlo, en fin en todo y para todo se tenía que trabajar en equipo, siendo así como el pueblo de mis mayores compró una planta de luz, construyó su plaza, se tuvo una escuela y muchas cosas más.
En esos años los gobernadores y diputados nunca se paraban por Llera y cuando mucho, si bien nos iba, una vez por sexenio y a veces ni en estos.
Después el pueblo fue creciendo, hubo mayor número de necesidades y fue entonces como se buscó el apoyo de los gobiernos estatal y federal, siendo entonces y si mal no recuerdo en los
años sesenta del siglo pasado cuando Llera principió a desarrollarse al llegar el servicio eléctrico al medio rural. Por supuesto que el resto de los pueblos tamaulipecos tuvieron un mismo inicio.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE.