Desde hace diez años en Matamoros, y me imagino que en todo el estado, inició la fiebre de las carreras pedestres. Bienvenida la cultura deportiva que poco a poco comenzó a contagiar a todos los estratos sociales, sin distinción tampoco de edades.
Es el reto con uno mismo y hay muchos ejemplos de personas que aparecieron por curiosidad, temerosos pero que hoy son unos ‘adictos’ a correr. Por suerte.
Los corredores que se fueron incrementando marcaron el camino, la demanda fue tal que hoy se puede decir que en esta ciudad fronteriza no queda ningún domingo libre, incluso hasta el 31 de diciembre, sin tener competencias.
Y para tener en cuenta, se tenga el apoyo o no del gobierno el programa se lleva adelante.
Con ello surgieron los grupos de atletas cobijados en clubes que hoy son una realidad, gimnasios, escuelas primarias, medios de comunicación, universidades y hasta una escuela de fútbol se apuntaron para conformar el calendario que comprende más de 40 competencias.
También fue necesaria la aparición de los promotores y entonces se convirtieron en el blanco para algunas críticas. Se los señala como un negocio, pero en este punto difiero con esas apreciaciones.
Tan sólo es hacer números bien ‘finitos’ para darse cuenta que la inversión es bastante alta. Atrás quedaron el control de cronómetro manual, el tarjeteo, las playeras de algodón que tal vez no representaban un costo mayor.
Hoy las exigencias son otras. El arribo masivo por momentos a la meta hacía casi imposible tener precisión y llegó el chip, control electrónico que para muchos hace tres años era como un lujo. Hoy todos acuden a él, y surgieron empresas a nivel estatal y Matamoros tiene ahora una que cubre la demanda en esta ciudad.
A todo ello se le tiene que sumar el gasto operativo de medallas, trofeos, premios en efectivo (en varias carreras), sorteos, sonido, para hacerlas más atractivas. La fruta, la hidratación, impresión de los números y el personal que se requiere para poder tener una buena organización.
Como referencia, para 500 corredores se maneja una cifra de alrededor de 75 mil pesos de inversión. Entonces, hagan cuentas y vean quién se anima.
Sólo el que la hace sabe si es sólo promover o negocio.
Yo me quedo con la primera, promovemos y si queda un margen de ganancia, qué bueno, porque nadie te regala nada y será aunque sea una mínima motivación para seguir el año que viene.
Para terminar les puedo decir con tristeza que la décima edición de EXPRESO 5K de Matamoros tambalea, porque al parecer este año no será posible reunir a los atletas como los nueve años anteriores.
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