Eso no va a terminar bien, porque no comenzó bien, me refiero al vergonzoso espectáculo que están ofreciendo los miembros del Cabildo de Reynosa, incluida por supuesto la alcaldesa Maki Ortiz con todo y sus dotes histriónicas.
Así es mis queridos boes, hoy el municipio más poblado de Tamaulipas, la joya de la corona en época de elecciones, es víctima del fuego cruzado entre dos bandos del mismo partido, el PAN, que han antepuesto su pleito fraternal al interés del pueblo.
Por un lado Maki Ortiz y sus cuates y por el otro Alfredo Castro Olguín y los suyos, una alcaldesa y el otro síndico, ambos con medio Cabildo a su favor y todos (parece) de espaldas a quienes les pagan sus nada despreciables sueldos vía impuestos.
La guerra no es nueva, Maki Ortiz había comenzado las agresiones desde iniciada la administración, pidió sin el menor sustento legal la renuncia de Castro Olguín al Cabildo al que por supuesto el edil se negó.
Desde la primera semana, Maki ya estaba enfrentada con la mitad del vuelto edilicio, porque sólo citaba a sus amigos a reuniones previas e incluso a las oficiales. A espaldas de los regidores y contraviniendo el Código Municipal nombró funcionarios que luego tuvo que sustituir, no sin antes despotricar contra quienes se los rechazaron por ilegales.
El último de ellos por cierto Juan García Guerrero, el victorense al que no pudo sostener en la Comapa. Pero como él a un regiomontano y a la ex alcaldesa Lázara Nelly que no cumplían con la norma de residencia en Reynosa.
Hago este recuento para contextualizar lo ocurrido esta semana, en la que Maki Ortiz no obtuvo la aprobación de su Cabildo para su propuesta de compra de camiones recolectores de basura y el programa de arrendamiento de edificios privados al servicio de la administración.
«A mí me da vergüenza sinceramente el decirle a la ciudadanía que no tienen un lugar de pasaportes porque aquí (en el Cabildo) se jugó a las vencidas (debió decir y perdí), que no tienen una disposición final (de la basura) porque no se quiere hacer una licitación y que no se tienen camiones nuevos, porque quieren que sean usados», dijo encolerizada en la sesión en la que le echaron abajo su propuesta.
«Y que los arrendamientos de todos los lugares pues tampoco están aprobados, a ver dónde metemos a todas las oficinas… estoy triste es lamentable y es vergonzoso. Este día y que quede en actas, si les digo somos un Cabildo de vergüenza para la ciudad, no nos merece Reynosa».
Efectivamente, Reynosa no los merece, aunque habría que acotar que a Maki le echaron para atrás su propuesta porque ni siquiera se dignó a tener una reunión previa con el Cabildo para negociar una contrapropuesta que traían los opositores y que en el papel incluía la compra de camiones a menor precio y
la disposición de la basura en un confinamiento con experiencia en el tonelaje que requiere ese municipio.
Le echaron abajo su propuesta de arrendamiento, porque el edificio que paga el Ayuntamiento es de la familia de Maki y en ésta se incluye un aumento
sustancial a la renta en comparación con años anteriores.
Pero más allá del conflicto de intereses, de que si los camiones nuevos o usados, lo evidente es que en Reynosa ha faltado diálogo, la búsqueda de consenso y la aplicación del término ‘política’ que es la búsqueda del bien común.
No puede Maki hoy llorar ante las cámaras y micrófonos porque el Cabildo no la apoya, porque la guerra la inició ella desde el primer día de su administración. Recordemos que ha peleado con casi todos, incluida la administración estatal y ha desdeñado incluso eventos a los que se le ha convocado.
También hay que anotar que hace ya semanas, meses incluso, Maki se reunió en privado con César Verástegui, el Secretario General de Gobierno, pero los acuerdos le duran muy poco y los pleitos mucho.
Insisto, lo de esta semana es el resultado de una serie de agravios entre los bandos del Cabildo que tienen una sola víctima: el pueblo de Reynosa.
Porque mientras Maki se hace la víctima y sus contrarios no ceden, esa que tendría que ser la ciudad con mayor desarrollo y mejores servicios públicos, es ahora tierra de nadie.
Urge pues, un acuerdo político por Reynosa, urge que Maki y sus adversarios del mismo PAN se serenen, bajen la guardia y entiendan que el daño que le hacen a su pueblo es injusto.
Urge claro, que el Truco vuelva, se siente, la siente, los siente y los convenza de que todos están perdiendo.
Porque Maki y sus contras tendrían que entender que están hartando a los reynosenses y que el año que entra hay otra vez elecciones y que ambos bandos son del mismo partido… pero por ahora en lo que Maki sí tiene razón es que ella y su Cabildo son una vergüenza y que Reynosa no los merece.
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