“Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se asciende a la libertad” Diego Luis Córdoba
La naturaleza humana es compleja, su estructura contiene mecanismos que operan con sincronía y precisión. En su cerebro se realizan operaciones mentales que nos permiten avanzar en el conocimiento y camino hacia la verdad, que nunca es absoluta; además existen emociones, sentimientos y creencias que nos diferencian de lo animal. Por otra parte, la naturaleza social no es menos compleja que la individual; la sociedad tiene organización, necesidades y problemas en los temas de salud, vivienda, educación, política, etc., aún busca mejorar a través del Estado y su Gobierno.
A través de la historia, la sociedad ha conocido diversas formas de Gobierno, es decir, distintas maneras de organización y funcionamiento del ejercicio del poder público, destacando siempre la democracia (en teoría) como un sistema de todos para el beneficio de todos. Es precisamente con democracia como la ciudadanía expresa sus demandas y señala las pautas para el desarrollo.
Pero la democracia es imperfecta, pues no existe por sí sola, requiere de una moderna educación y cultura para que los ciudadanos sean un verdadero contrapeso de los excesos y desviaciones de los regímenes que existen en el mundo. Con una educación fundada en valores, en el respeto al estado de derecho y a la dignidad humana, apuntalada en la ciencia y con el aprovechamiento de las nuevas tecnologías, aspirar a una genuina democracia que logre inhibir los desplantes de “Los Trumps” o “los Kim Jongs”; las carencias de África y América Latina y las confrontaciones religiosas en medio oriente, sin omitir las grandes tentaciones que provoca el petróleo.
En nuestro país, se conjugan los dos conceptos: democracia y educación; precisamente en el artículo 3° constitucional, el cual establece que la educación debe tener un alto contenido democrático, al señalar “la democracia debe considerarse no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”.
Apostándole a la educación, en esa palabra que conlleva tanta connotación, tanto poder, se encuentra la clave, fortaleciendo la cobertura y la calidad de ella; si se logra, sin duda, se abrirán mejor los horizontes de bienestar y progreso colectivo, sin duda, la calidad política del país mejorará.
FUERA DE LUGAR… La política nacional se ha convertido en un tremendo “show” de entretenimiento, la pelea a doce rounds entre Humberto Moreira vs Felipe Calderón, es un ejemplo de ello; es increíble como en nuestra actualidad, aún aplica aquella famosa frase: al pueblo, pan y circo.
RECOMENDACIÓN SEMANAL: Libro “Justicia” de Gerardo Laveaga, actualmente Director General de Ciencias Penales (INACIPE), anteriormente Comisionado Presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IFAI, ahora INAI).