1.– Cuando se anuncian ceses, despidos y renuncias de funcionarios, así como la expedición de nuevos nombramientos, resulta pertinente recordar lo que significan el “nepotismo”, el “cuatismo” y el “compadrismo”, que son verdaderas plagas de la función pública, y que muchas veces son los motivos reales por los que se designa a los funcionarios.
2.– Según el “Diccionario de la Política”, de R. Garzaro, el nepotismo es: “una tendencia de los funcionarios por favorecer a sus parientes con empleos públicos, concederles favores especiales, sin tomar en consideración la capacidad o merecimiento de los beneficios”. Es el vicio que se observa en algunos regímenes cuando un mismo apellido está presente en muchos cargos públicos.
3.– Así mismo, Jesús Reyes Heroles, en la página 198 de su libro “Discursos políticos”, escribió: “algunos piensan que sólo los parientes son capaces de desempeñar ciertas funciones y los designan. Quienes sinceramente lo creen tienen un círculo de acción muy reducido y un mirador muy estrecho, no ven más allá del minúsculo círculo familiar”.
4.- “Colindando con el nepotismo se encuentra el ‘cuatismo’ o ‘amigismo’, que se practica por aquellos funcionarios que para todos los cargos sólo piensan en los amigos, en los ‘cuates’, que en algunos casos resultan cómplices. Este es un círculo apenas poco menos estrecho que aquel en que se desenvuelven los que cultivan el nepotismo”.
5.– “Se pretende -escribió Reyes Heroles- que los amigos, tengan o no tengan vocación para ello, practiquen la política, se dediquen a esta actividad que exige vocación, preparación y dedicación. Cuando la mistad es el vínculo, se llama “cuatismo”, cuando la complicidad es lo que los une, estamos frente a las camarillas, es el “camarillismo” que invariablemente cae en la esfera del derecho penal”.
6.– El compadrazgo surge del requerimiento católico, contenido en el Derecho canónico, de que se asignan al menor en la ceremonia del bautizmo, dos directores espirituales (padrinos) que vigilen paternalmente su futura formación cristiana. Surge así una especie de parentesco que vincula a los padrinos del individuo con los padres de este último.
7.– Por eso, al compadrazgo se le considera como perteneciente a una categoría de formas sociales que algunos científicos han denominado parentesco espiritual, y que se caracteriza por la constitución de lazos que imitan al parentesco verdadero, y que ligado a los intereses públicos en ocasiones culmina en complicidad.
8.– En México han existido compadrazgos políticos importantes, como fue el que en su época pactaron el dictador Porfirio Díaz y el general Manuel González que incluso le permitió llegar a la Presidencia de la República. En la actualidad, lo pernicioso es la abundancia de cuates, parientes y compadres, que sin méritos se suben al carro del presupuesto, y no se bajan hasta que se acaban los fondos públicos.
9.– El colmo de estas prácticas nefastas ocurre cuando también se incluyen en la nómina a las “macizas”, los “cupidos”, los “morrongos de alcoba”; las sirvientas, los jardineros, y hasta los perros y gatos de la casa, que atacan la nómina con una furia como de vampiros o “chupacabras”.