Dato duro del sólido sur de Tamaulipas: KIA, la empresa automotriz oriunda de Corea del Sur y que instaló una planta en Pesquería, Nuevo León, exportará 150 mil autos por el Puerto de Altamira durante 2017.
Para el año próximo, 2018, la cifra casi se duplicará: 270 mil automóviles de marca surcoreana, pero fabricados cerca de Monterrey, saldrán al mercado global por los muelles especializados de Altamira.
KIA no es el único consorcio automotriz que exporta sus unidades por terruño altamirense. También lo hacen, desde hace algunos años pero en cantidades menores, las estadounidenses General Motors y Chrysler.
Este es un claro ejemplo del intenso movimiento económico que registra el Puerto de Altamira, un punto que conecta a México de manera directa con la globalización.
Ahora que se incrementa la exportación de automóviles por la zona portuaria industrial del sur tamaulipeco, ya se estableció un nuevo objetivo: gestionar la instalación de una planta ensambladora automotriz en Altamira.
Uno de los atractivos para que esa meta se alcance es el siguiente: en el Corredor Industrial altamirense se fabrica el 70 por ciento de los laminados que se utilizan en la fabricación de los autos y camionetas.
La empresa que elabora esas láminas de acero galvanizado es POSCO, cuyas plantas de Altamira pueden llegar a producir hasta 900 mil toneladas de ese material utilizado en las estructuras de los carros.
Buscar la instalación de una planta ensambladora en el Corredor y Puerto Industrial es uno de los objetivos trazados por la dirección de Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Altamira, administración que preside Alma Laura Amparán.
Por supuesto, esa gestión se realiza junto con la Secretaría de Desarrollo Económico del gobierno de Tamaulipas, metida de lleno en incentivar el potencial industrial altamirense.
Eso no es todo: con la aprobación de la reforma energética, se contempla la construcción de seis terminarles portuarias con capital extranjero, a través de las cuales se importarán gasolinas y otros combustibles.
Cada una de esas terminarles portuarias especializadas en el manejo de combustibles requiere, por lo menos, una inversión de 200 millones de dólares. Los proyectos se encuentran puestos sobre la mesa, a punto de arrancar.
De hecho, las inversiones millonarias en materia petrolera ya están en Altamira: el pasado martes, por ejemplo, se realizó una feria del empleo en esa localidad para contratar a mil 600 trabajadores (800 soldadores y 800 asistentes de soldador) que se necesitan para la construcción de la plataforma ‘Abkatún-A2’.
La empresa constructora de la plataforma es J. Ray McDermott -que opera con un amplio patio en el Puerto de Altamira-, contratada por Pemex Exploración y Producción. El costo de la plataforma petrolera, que se instalará en la Bahía de Campeche, asciende a 454 millones de dólares.
Esos son tan sólo algunos de los proyectos que se encuentran en proyecto o desarrollo en Altamira, municipio que durante el primer bimestre de 2017 registró la mayor generación de empleos en el sólido sur de Tamaulipas, según estadísticas del IMSS.
Alma Laura Amparán, alcaldesa de Altamira, e Ítalo Tajer Scavalli, director de Desarrollo Económico del Ayuntamiento, lo tienen bastante claro: una de las prioridades es generar oportunidades laborales para los ciudadanos. De ahí se desprende el bienestar familiar y social. Buen punto.
RELEVO EN EL AREA JURIDICA JAIBA
Hoy, durante la sesión del Cabildo de Tampico, se anunciará de manera oficial la salida de la experimentada abogada Amparo Castillo Reyes de la dirección o representación jurídica del Ayuntamiento porteño.
Su relevo es Alfonso Moreno, un litigante de todas las confianzas de la alcaldesa Magdalena Peraza Guerra.
Amparo Castillo, quien realizó un buen papel, deja el cargo para ocuparse de asuntos personales.
Por cierto, el Cabildo jaibo también deberá aprobar hoy la donación del predio municipal de 50 mil metros cuadrados, ubicado detrás del Cobat, al ISSSTE. La institución construirá ahí su nuevo hospital regional.
Y PARA CERRAR…
El PRI les dio los mejores años de su vida y, ahora, cuando está viejo, esclerótico y pobre, con poco o nada qué ofrecer, lo abandonan.
No era amor, era puro interés. ¡Qué risa con esas renuncias al tricolor! Ja, ja, ja, ja…