CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- ¿Han escuchado hablar de personas que caen bien con solo mirarlas?, pues Tadeo es un pequeñín que por sus ganas de vivir, alegría, y gran ángel, además del talento para crear cuentos, la oratoria y música, logra robar muchas sonrisas a cualquiera que lo conozca.
Tadeo Sebastián Garza Lujano, tiene 4 años, y con esa edad divide su día entre la educación preescolar, terapias físicas, clases de música y oratoria,
actividades en las cuales se ha convertido en un líder nato de sus compañeros.
Con motivo del Día del Niño, EXPRESO ha realizado a lo largo de la semana una entrega diaria con niños sobresalientes en áreas académicas, deportivas, creativas y que se distinguen por ser grandes espíritus de lucha, por lo que dejamos para el día 30 a uno que reúne todas estas cualidades.
Su padres Raúl Garza Ruiz y Fabiola Lujano Reséndez, explican que su pequeño nació con un padecimiento llamado meningocele, “el cual es un defecto del tubo neural, él nació con una pequeña protuberancia en la espalda, por lo cual tiene las caderas luxadas”.
Padecimiento por el cual a los siete días de nacido tuvo que ser operado para retirar la protuberancia y hasta la fecha ha sido intervenido quirúrgicamente en seis ocasiones, para corregir en cada una de ellas un poco su cadera y que algún día con ayuda de terapia Tadeo pueda caminar sin ayuda de andadera.
“Lo cual lo hace caminar con andador, pero él caminará solo en un futuro con terapias”, explican sus padres.
Este padecimiento que lejos de bloquearlo, lo impulsa para ser cada día mejor, y disfrutar con alegría la vida, con la inocencia que lo caracteriza.
Hasta le ha tomado gusto por asistir a las terapias, ya que es algo que le ayudará a caminar y ejercitar sus músculos; “me gusta ir porque hago
ejercicio”, dice emocionado.
Al ser un niño muy alegre Tadeo siempre está rodeado de amigos, con los cuales gusta jugar a la tiendita en donde él siempre es el dueño, pero también le encanta la música, por lo cual toma clases de guitarra y piano.
“Me gusta la música mucho, toco el piano y la guitarra, ya le sabo”, finalmente antes de terminar el día el pequeño asiste a clases de oratoria, a las cuales sus padres lo inscribieron gracias a su gran facilidad de palabra y habilidad para memorizar.




