El caso de la villana favorita del momento, la morenista Eva Cadena, envía señales mucho más inquietantes que las del escándalo en que se ve envuelta la ahora motejada como “la recaudadora”.
¿Cuántas “Evas” más o “Adanes” en el caso de los hombres, surgirán como protagonistas de presuntos pecados en los próximos meses en el antes y durante de los comicios para relevar a gobernadores, alcaldes, diputados, senadores y a Enrique Peña Nieto?
Decenas, quizás centenas, sin exagerar.
Tal vez haya quienes no se asusten de ese posible oscuro futuro a corto y mediano plazo, dado el intercambio de basura que ha definido a los procesos electorales cercanos y del cual no fue una excepción el celebrado en 2016 en Tamaulipas, pero al igual que en la violencia extrema que sacude al país, para ganar en las urnas también ya desaparecieron los límites para llenar de lodo a quien se atreva a asomar la cabeza.
En tres frases se podría resumir la esencia de la política electoral: No hay moral que proteja, no hay reputación que merezca respeto y no hay virtud que no pueda ser deformada en vicio.
Es una especie de destino manifiesto o de historia escrita por adelantado, en donde la única sugerencia que me parece se podría enviar a quienes aspiren a ser candidatos, es la siguiente:
Hurguen en su pasado y abran todas las gavetas bajo llave donde esconden sus tropiezos y como los felinos, traten de cubrirlos con algo de tierra, porque si no lo hacen ellos lo harán sus adversarios y de la peor manera.
Si esos aspirantes tienen algún indicio de que puedan ser también “Evas” o “Adanes”, tienen en mi opinión dos opciones:
Una es acogerse al modelo lopezobradorista y tratar de vacunarse al anticipar, como en el señalamiento de que Andrés Manuel recibió dinero de Javier Duarte, que sus enemigos los llenarán de lodo.
La otra es empezar a buscar un lugar dónde esconderse, aunque esa alternativa ha perdido efectividad. Y si no, que le pregunten a Tomás Yarrington y al propio Javier Duarte…
La esperanza
Reynosa sigue bajo fuego.
Es una lamentable realidad que con los casi cotidianos acontecimientos de violencia y muerte propiciados por la delincuencia, se ha convertido en una aparente historia sin fin. Sí, aquella en la cual todos saben cómo empezó, pero nadie sabe cómo terminará o si algún día concluirá.
Sin embargo, aún en un escenario tan dramático como el que sufre esa querida ciudad fronteriza, existen señales esperanzadoras que permiten no perder el ánimo y muestran el carácter sólido de sus habitantes.
En medio del drama, la sociedad está respondiendo en forma solidaria con sus diversas autoridades para contener esa escalada delictiva, especialmente con el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, para reconocer el trabajo de su administración, directo y personal, en la tarea de devolver la normalidad a esa comunidad.
Cámaras empresariales, organizaciones obreras, profesionales, académicos y en general la ciudadanía ha hecho causa común con el gobierno estatal en las acciones para detener a la delincuencia y rescatar al municipio, cuya fuerza en esta lucha es –no por su decisión– muy reducida.
Eso, en cualquier lugar y tiempo se llama confianza. Ojalá se logren los resultados esperados…
La frase del día
“Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de burla…”
Demócrito/Filósofo y matemático griego
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