CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La activista, Miriam Elizabeth Rodríguez Martínez, fue asesinada la noche del miércoles en su casa, en San Fernando, Tamaulipas.
Un hombre armado llegó al domicilio, le llamó por su nombre, ella salió y él le tiró a matar. La señora Miriam cayó al suelo herida de muerte. Minutos más tarde falleció en el hospital general del municipio tamaulipeco.
Miriam Rodríguez era la líder del colectivo de desaparecidos en San Fernando que agrupa por lo menos 600 casos de personas sin localizar. La madre de 60 años también era una de las representantes más férreas de la organización Comunidad Ciudadana en Búsqueda de Desaparecidos. El homicidio conmocionó a la sociedad civil mexicana, por la saña y la facilidad con que mataron a la defensora de los derechos humanos.
Las primeras indagatorias de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de Tamaulipas indican que un sicario, ayudado por dos o tres hombres, ejecutó a la mujer.
El procurador Irving Barrios Mojica, en entrevista con el periodista Carlos Loret de Mola, dijo que ya elaboraron un retrato hablado del homicida, con base en versiones de testigos.
Miriam Rodríguez se convirtió en activista después de que un grupo delincuencial secuestró a su hija Karen Alejandra. Ella la buscó pese a que el crimen organizado controlaba el valle san fernandense. En 2014, la madre encontró a la menor de edad en una fosa clandestina junto a otros cadáveres y dio información precisa, con la que el gobierno capturó a los responsables del secuestro y homicidio.
El asesinato de la activista tamaulipeca fue revelado por la Comunidad Ciudadana, mediante un comunicado difundido en las primeras horas del jueves 11 de mayo. Las reacciones de organizaciones nacionales en defensa de los derechos humanos fue inmediata. A primera hora, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca confirmó y condenó el hecho.
La Comunidad pidió auxilio a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para proteger a las madres, padres, esposas y familiares que buscan a sus familiares desaparecidos en territorio tamaulipeco.
Por la tarde, la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) exigió al gobierno de Tamaulipas que la investigación se realice con perspectiva de género y protección para los hijos y familiares de la víctima.
“La ONU-DH realiza un enérgico llamado a las autoridades para que brinden las adecuadas medidas de protección a la familia de la Sra. Rodríguez, así como a las otras familias de personas desaparecidas en Tamaulipas, particularmente considerando que dicho Estado encabeza las cifras, según fuentes oficiales, de personas desaparecidas en México”, informó vía comunicado.
A la par de la ONU, la Secretaría de Gobernación (Segob) informó que el ministro Miguel Ángel Osorio Chong instruyó al subsecretario de Derechos Humanos, Roberto Campa Cifrián, ponerse en contacto con los familiares de la víctima para prestar cualquier apoyo que sea necesario.
«Hacemos un llamado a las autoridades locales a realizar una investigación a profundidad para esclarecer las causas de este crimen y castigar a los responsables. De igual forma, exhortamos a las autoridades de todos los estados del país, y se les reitera el ofrecimiento de colaborar con ellos, para robustecer sus mecanismos de Protección a Personas Defensoras de los Derechos Humanos”, se pronunció vía comunicado.
Tanto la ONU-DH como la Federación ofrecieron sus condolencias a los familiares y reiteraron su disposición para trabajar con los colectivos de familiares de personas desaparecidas.
PERFIL Una mujer de carácter duro
Miriam Elizabeth Rodríguez Martínez, nació el 5 de febrero de 1960. En San Fernando hizo su vida mucho antes de que este municipio se convirtiera en el símbolo de las mayores masacres del México reciente. Ella laboró en el Centro de Salud de la localidad, donde empezó a darse cuenta de los males a causa de la violencia. A la par, atendía un negocio de venta de cinturones, botas y ropa vaquera en el mercado. Su esposo también se dedicaba al comercio de enseres y productos para la cocina, refieren mujeres del colectivo que pidieron el anonimato.
Miriam y su esposo tuvieron 3 hijos; la menor fue Karen Alejandra quien fue secuestrada en 2014. A partir de la privación ilegal de la libertad de su hija, la sanfernandense se dedicó a buscarla y a investigar la identidad de los responsables. En septiembre de 2014, la Policía Federal detuvo a parte de los criminales.
Dos años después, tras una larga indagatoria y peregrinar en las oficinas de la Procuraduría General de la República (PGR) e instancias estatales, encontró a la niña en una fosa clandestina.
El carácter duro de Miriam le favoreció para fundar el colectivo de desaparecidos en San Fernando. Cientos de madres con hijos que se perdieron de 2010 a la fecha se unieron al grupo. Integrantes de la agrupación cuentan que en una primera etapa la activista repartía despensas y gestionaba medicinas y servicios médicos para las víctimas indirectas. A partir de 2016, Rodríguez Martínez exhortó a sus compañeras a exigir justicia a las autoridades y mantuvo la investigación de su caso.
A mediados de abril, Miriam Rodríguez se fracturó el tobillo al reclamar que mantuvieran detenida a una mujer presunta responsable de participar en la muerte de Karen Alejandra. Al cerciorarse de que la joven acusada se quedó presa pudo viajar a la frontera para participar en una caravana internacional a favor de los derechos humanos.




