Hoy, en el viento del Río Bravo, en la laja de calor de la bandera de la patria expongo en la hermosa galeria Estación Palabra una serie de 15 obras de mediano y gran formato al óleo sobre que conjunta «La Memoria del Agua». Un trabajo de finales del año pasado con obras de estos meses de 2017.
Un display de colorido que mantiene expresiones de un surrealismo de la mancha que me acerca a lo abstracto. En realidad son transfiguraciones del color y la improvisada brevedad de los sueños diurnos que disfruto en un brutal hedonismo.
La muestra de hoy me anima a jugar con la composición y modificar lo propuesto.
El arte con el tiempo se vuelve conciencia y las habilidades y soluciones confunden al artista.
He tratado de dominar mi pincel en estos últimos cinco años en que he depurado al dibujo por el color. Combinado con la experiencia poética que sigue siendo mi bandera de palabras pintadas.
Soy un artista de vocación que abriga emociones y aspiraciones estéticas en pasillos de arte y comercio con abundantes lugares comunes donde los artistas de escurren ciegos sin una actitud de persona para caer en lo gratuito y lo fácil de la plástica en boga. La vuelta a un abstraccionismo, que oculta a la improvisada paleta sin espejo retrovisor.
Hay en mi obra una intención plástica y un placer de lo intelectual que sacude mi pensar.
Esto se presenta en Estación Palabra a partir de hoy 1 de junio hasta el 25 agosto.
Los espero en Laredo, México.
«La Memoria del Agua» refresca mi imaginación y espero que la de ustedes también.