Se veían cansados. De esas veces que acabas estresado de la reunión con tu equipo de trabajo y surge la pregunta: ¿A dónde vamos a comer? Las opciones gastronómicas en una urbe como nuestra capital, tal vez no sean tan diversas, sin embargo, se puede decir que sí existe un abanico de opciones para satisfacer el gusto del buen gourmet.
Una vez por ejemplo, vi a la entonces Secretaria de Salud, Lydia Madero, en El Granero, presidir una comida con entraditas de empanadas argentinas, mientras movía de un lado a otro los recargados tonos Miss Clairol de su pelo rubio.
Cierta noche el Secretario de Educación, Héctor Escobar, daba exquisitos sorbos a un Cabernet de rojos intensos, mientras degustaba un filete al piquín y unas bolitas de jaiba, acompañado por un amigo en Las Gambas. En este mismo restaurante de comida mediterránea, suelen deshojar su agenda personajes como Ismael García Cabeza de Vaca y Kiko Elizondo.
Y por supuesto, el Truco Verástegui, suele desayunar en el restaurante de Liverpool.
Los establecimientos que le menciono, se manejan dentro de un estándar de cierta comodidad y estatus. Lo que me pareció raro es que ayer unos amigos vieron al Secretario de SEDUMA, Gilberto Estrella y sus subalternos, comiendo en el Pollo Feliz, un restaurante de corte popular, donde con un paquete de medio pollo, un vaso de plástico con agua de jamaica y una quesadilla gigante, uno sale de ahí bien pando.
Una de dos: o bien el Secretario Estrella es un hombre en extremo ahorrativo, o la otra es que lo traen de verdad muy recortado de viáticos. Una tercera hipótesis, es que el platillo predilecto del Secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, es el pollo asado.
Por cierto, el Secretario de SEDUMA es un hombre atento, de trato sencillo y de buen carácter. No es como aquellos pomadosos que le huyen a los espacios olorosos a pueblo.
El señor Estrella, es raza. Ya lo saben, le paso el tip, si quieren hablar con el mero mero de SEDUMA, y no les dan audiencia, búsquenlo por los rumbos del pollito contento.
Felipe Garza, dice que aún no decide en qué partido aterriza
“Mira, me dice el ex priísta y conocido político, Felipe Garza: le envié este mensaje a Édgar Melhem, para preguntarle si esas palabras que tú publicaste en tu columna fue lo que él dijo de mí, y hasta ahora no me ha contestado. Lo que yo digo, es que, para qué abren la boca”, comenta, mientras hurga con el tenedor en su platillo mañanero de huevos veracruzanos.
¿Ya decidiste en qué partido ingresar?, le pregunto, después de su publicitada renuncia al PRI. Es joven aún la mañana en Applebee’s . Cuando le formulo la pregunta directa, en relación a su posible colaboración con el gobernador García Cabeza de Vaca, me dice que no ha hablado con él, ni con nadie de sus allegados. Después de una esgrima verbal que parece no tener fin, Felipe suelta algo, aunque mitad en serio, mitad en broma: “Tal vez me vaya al PAN o a MORENA”.
“Si te vas al PAN, le digo, lo más probable es que te vayan a ver como un priísta apestado, y más aun, si te colocan en la lista de alguna diputación o alcaldía, te van a pedir que hagas fila, y que te vayas a la cola; si te vas a MORENA, probablemente sea diferente”, le comento.
“Lo estoy pensando” me dice, con su rostro de sesentero lampiño, despojado del bigote, como queriendo verse más joven. En este sentido, Garza Narváez aclara: “Mira, a mí me podrán criticar de que me pinto el pelo o el bigote, pero jamás, jamás, me podrán señalar con el dedo como un corrupto. Lo que tengo, lo he ganado con mi trabajo, y en este momento, a donde yo decida irme, seré bien recibido, porque he sabido hacer mi capital político”.
Al final, los famosos huevos veracruzanos, bañados con salsa de frijol y queso Cotija, no le gustaron al ex priísta. Sin embargo, fiel a su diplomacia le dijo a la jovencita que nos atendía: “Me parece que el aceite está un poco rancio mija, lléveselos al chef por favor” ¿le servimos otra cosa señor? No, no no, gracias, gracias, gracias”.
Paloma desmiente tajantemente venirse a dirigir el Pri
“No sé, de dónde sacan eso, porque yo ando acá trabajando muy estrechamente con la Secretaria General del CEN priísta, mi amiga Claudia Ruiz Massieu”, me dijo Paloma Guillén Vicente, ayer al preguntarle sobre la posibilidad de que se venga a Tamaulipas para ocupar la Presidencia del PRI estatal.
“Claudia y yo somos muy amigas, desde hace años, y a los amigos hay que ayudarlos, o no?”, comenta la diputada federal por el sur tamaulipeco.
—¿Qué sigue para ustedes en el PRI, después de la elección del próximo domingo?, le pregunto: Mucho trabajo de corte ciudadano, me dice.