MÉXICO.- La NFL es la liga de la paridad. Cada año, por lo menos cuatro equipos que se perdieron los playoffs entran a la lucha por el Super Bowl y, desde 2002, por lo menos un equipo pasa del fondo a la cima de su división.
Dicen que no hay mucha diferencia entre un equipo de 6-10 y uno de 10-6. Por ello es que todos los equipos sueñan con la postemporada al inicio de cada temporada, por más realista o no que parezca.
En Conferencia Americana Este parece no haber otro favorito más que los Patriotas, quienes están mejor que cuando consiguieron el trofeo, por lo menos en el papel, pero hay equipo como Bills que pueden pelearle, Delfines y Jets.
Tras un Super Bowl LI de locura, Nueva Inglaterra arrancará la temporada como vigente campeón y un equipo envidiable. La dupla Brady-Belichick es la más
ganadora de la historia y la motivación de una sexta corona que los empate con los Steelers de Pittsburgh como el equipo más ganador parece suficiente.
La baja de Julian Edelman para toda la temporada por lesión, uno de los receptores favoritos de Brady, disminuirá considerablemente el poder ofensivo.
Además que el histórico quarterback llega con 40 años a la temporada, edad que pocos jugadores han alcanzado, por lo que se ve complicado que aguante todo el año al máximo nivel.
Bills, Delfines y Jets, son los equipo que pueden hacer sombra al equipo favorito, cada uno con sus recursos, pero en la NFL, como en todo deporte, las sorpresas aparecen y estos equipos podrían ser uno de ellas.
Baltimore el favorito en Norte
Todo en esta división depende de si Baltimore puede recuperarse después de una temporada mediocre. Si los Ravens no lo consiguen y la necesidad de que su quarterback Joe Flacco permanezca saludable es fundamental los Steelers tendrán un camino fácil.
Baltimore sumó talento a su perímetro con el safety Tony Jefferson, pero necesitan revitalizar su presión al quarterback y su protección a Flacco.
Así en la Oeste
Oakland parecía enfilarse a un duelo con Nueva Inglaterra hasta que Derek Carr se lesionó a finales de diciembre. En caso que permanezca sano, los
Raiders son favoritos para mantener a raya a los Broncos y a los Chiefs, quienes los rebasaron para ganar el Oeste la campaña anterior.
Los Raiders tienen jugadores con capacidad para cambiar un partido en todas las posiciones ofensivas, y una línea similar a la de los Patriots.
El Jugador Defensivo del Año, Khalil Mack, es por mucho su mejor jugador en una unidad que debe elevar mucho su nivel en el sector más competido de la NFL.
Texanos, tienen que mandar
Los Texans cuentan con una tremenda defensa que recupera al incomparable J.J. Watt y podría ser suficiente para sobreponerse a una ofensiva mediocre con un quarterback inexperto y un ataque aéreo dudoso. Están bien entrenados y rara vez se vencen a sí mismos… bueno, al menos hasta que llega la postemporada.
Ningún equipo luce más preparado para dar el siguiente paso en la AFC que los Titans. Tienen un potente ataque terrestre, un quarterback y línea ofensiva confiables, y cuentan con una defensa en crecimiento con estrellas de la talla de Jurrell Casey y Brian Orakpo. El cuerpo de entrenadores es innovador, lo que encaja bien en la Ciudad de la Música, y tal vez, en la cima divisional.
LAS COSAS EN LA NACIONAL
Vaqueros, Gigantes y Águilas en Este
Tras la mejor temporada regular de su historia, los Cowboys vuelven a confiar en Dak Prescott para regresar a un Super Bowl tras 22 años. Ya con la experiencia del primer año, el joven quarterback está obligado a liderar la ofensiva para repetir al menos el título divisional, apoyado en una de las mejores líneas ofensivas de la liga.
Gigantes son el equipo más impredecible de la NFL. Saben que en cualquier momento pueden enchufarse, llegar al Super Bowl y ganarlo, como lo hicieron en 2007 y 2011. Eli Manning y Odell Beckham Jr., son las principales armas a la ofensiva, pero lo mejor en 2016 fue la defensiva, la segunda mejor contra la carrera (3.6 yardas por intento) que también cuenta con uno de los mejores perímetros de la NFL, liderado por Janoris Jenkins y Landon Collins.
Packers, Vikingos y Osos en Norte
Packers ha logrado llevarse la división en seis ocasiones en los últimos 10 años. Reforzaron su ataque con el ala cerrada Martellus Bennett, quien se une a un cuerpo de receptores que incluye a Jordy Nelson (97 recepciones, 1,257 yardas y 14 touchdowns) y Davante Adams (12 touchdowns y 997 yardas), además
de la expectativa de ver a Ty Montgomery toda la temporada como corredor.
Por su parte, en Vikingos, Sam Bradford impuso el récord de porcentaje de pases completos el año pasado, pero el equipo buscará enfocarse más en el juego por tierra.
Pese a la baja de Adrian Peterson, llega Latavius Murray de Oakland y el novato Dalvin Cook, además de que la línea ha mejorado.
Su defensa es su principal arma: fueron dominantes por 14 jornadas, pero la incapacidad de proteger a Bradford los llevó a terminar con marca de 8-8.
NFC OESTE
El único desafío que pudieran enfrentar los Seahawks – excepto, tal vez, sus conflictos internos – está en Arizona.
Sin embargo, los Cardinals vienen de una temporada por debajo de lo esperado, en donde con frecuencia batallaron para cerrar los partidos.
En caso de que Carson Palmer recupere su nivel, David Johnson siga siendo el running back más versátil de la NFL y Larry Fitzgerald siga siendo, bueno, Larry Fitzgerald, Arizona podría presionar a Seattle.
Los Cardinals resultaron demasiado afectados por las lesiones en 2016, y su profundidad sigue estando en duda.
NFC SUR
Este podría ser el sector más competitivo de la Conferencia Nacional. Los cuatro equipos inician con altas expectativas y varias debilidades palpables.
En el caso de Atlanta, más allá del factor psicológico, la duda es qué tanto ha mejorado la defensiva que rodea a Vic Beasley, experto en presionar al quarterback.
La llegada del tacle Dontari Poe y el defensive end novato Takkarist McKinley deben ayudar en la presión al pasado, pero el perímetro, en particular, aún necesita mejorar mucho.