MADRID.- Los niños y adolescentes que sufren abusos, son testigos de violencia, son intimidados o se enfrentan a otras adversidades son más propensos a desarrollar enfermedades cardiovasculares en la edad adulta, según una nueva declaración científica de la Asociación Estadounidense del Corazón publicada en ‘Circulation’.
La declaración se basa en una revisión de investigaciones científicas existentes publicadas en revistas médicas revisadas por pares que documentan una fuerte vinculación entre experiencias adversas en la infancia y la adolescencia y una mayor probabilidad de desarrollar factores de riesgo como obesidad, presión arterial alta y diabetes tipo 2 antes que aquellos que no experimentan experiencias adversas.
Estos factores de riesgo elevan la probabilidad de desarrollar enfermedades y afecciones del corazón y los vasos sanguíneos en la edad adulta, que incluyen enfermedad de las arterias coronarias, ataques cardiacos, derrames cerebrales, presión arterial alta, obesidad y diabetes tipo 2.
Se habla de niños y adolescentes que sufren abuso físico y sexual y son testigos de violencia. “Tristemente, las consecuencias negativas de experimentar estos eventos no finalizan cuando la experiencia termina, sino que dura muchos años después de la exposición”, señaló.
Suglia indica se quiere prevenir que estas cosas sucedan, así como evitar las consecuencias de salud que surgen de tener estas experiencias.
La adversidad se define comúnmente como cualquier cosa que los niños perciben como una amenaza a su seguridad física o que pone en peligro su estructura familiar o social, incluyendo abuso emocional, físico o sexual, negligencia, intimidación por pares, violencia en el hogar, divorcio de los padres, separación o muerte parental, abuso de sustancias, vivir en un vecindario con altas tasas de delincuencia, falta de vivienda, discriminación, pobreza y la pérdida de un familiar u otro ser querido.
Con informacion de Excelsior.