MÉXICO. Un estudio realizado en Texas halló que, mientras más tiempo esté sentada una persona, es más probable que sus músculos cardiacos muestren señales de lesiones.
De esta manera, ahora se asocia el sedentarismo a la insuficiencia cardiaca, una afección en la que el corazón se vuelve cada vez más débil e incapaz de bombear suficiente sangre para mantener al resto del cuerpo oxigenado y en buen estado.
Sin embargo a los especialistas no les quedaba claro de qué manera estar sentado podría ligarse a la insuficiencia cardiaca, dada la poca exigencia que la pasividad parece exigirle al corazón. No obstante las sospechas llevaron a cardiólogos de todo el mundo a las troponinas, publicó The New York Times.
Las troponinas son proteínas que producen las células de los músculos cardiacos cuando están dañadas o muriendo, de modo que un infarto libera una cantidad grande de estas proteínas al torrente sanguíneo.
Según los especialistas, incluso los niveles ligeramente elevados de troponinas, aunque sean menores a los que están relacionados con los infartos, son preocupantes si persisten. Si los niveles altos son crónicos, estos indican que algo anda mal dentro de los músculos del corazón y ese daño está ocurriendo y se está acumulando ahí. Si el daño no se detiene o disminuye, con el tiempo podría producir insuficiencia cardiaca.
El nuevo estudio publicado en la revista Circulation, fue realizado por investigadores que recurrieron a información existente del Dallas Heart Study, una evaluación en curso de la salud cardiaca realizada a un grupo de hombres y mujeres étnicamente diverso y es supervisado por el Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern.
El estudio dio seguimiento a la actividad física de más de mil 700 participantes y revisaron muestras de sangre en busca de troponinas. De igual manera, excluyeron a cualquier persona que tuviera un trastorno cardiaco o síntomas de ello.
Los resultados arrojaron que la mayoría de los días los participantes permanecían sedentarios hasta por 10 o más horas y rara vez se ejercitaban.
Algunos de los hombres y las mujeres hacían ejercicio: normalmente caminaban. No se ejercitaban mucho pero, mientras más lo hacían, menos horas permanecían sentados, en promedio.
Caso contrario fue el de aquellas personas que se movían más, quienes resultaron menos propensos a tener troponinas en su sangre, aunque los beneficios eran escasos, en términos estadísticos.
La tendencia entre las personas que permanecían sentadas durante 10 o más horas fue la presencia de niveles más altos del promedio de troponinas en su sangre. Estos niveles estaban muy por debajo de los indicativos de un infarto. No obstante, tenían la cantidad suficiente de esta proteina como si hubieran sufrido una “lesión cardiaca subclínica”, según los autores del estudio.
El estudio mostró que estar sentado se asoció más con niveles dañinos de troponinas que hacer ejercicio con las cantidades óptimas. Sin embargo, el sedentarismo solo se asoció al alto nivel, no al aumento de estas, ni tampoco quedó explicado.
Aunque la investigación tampoco mostró de qué manera la inmovilidad física podría dañar las células cardiacas, en palabras el cardiólogo James de Lemos, es probable que los impactos sean indirectos.
Lemos, quien supervisó el estudio reciente, dijo que “el comportamiento sedentario está asociado con la obesidad, la resistencia a la insulina y los depósitos de grasa en el corazón: todos estos factores pueden generar daños en las células cardiacas”.
Mientras tanto, los especialistas llevan a cabo una serie de estudios de seguimiento para observar si estar sentado menos tiempo, ejercitarse más o ambos afectan los niveles de troponinas y el riesgo de una posterior insuficiencia cardiaca, aseguró.
Por ahora, lo único seguro es que debemos considerar una reducción del comportamiento sedentario y el ejercicio físico como partes significativas de un estilo de vida saludable.
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