Es probable que el común denominador de los consumidores mexicanos no conocen sobre el término ‘bonos de energía’, pero seguramente empezará a familiarizarse al escucharlo con mayor frecuencia en las noticias de economía, pues genera expectativa en los inversionistas internacionales esta nueva oportunidad que ofrece el sector energético del país.
Para que se entienda mejor, dentro de la reforma energética se permite generar electricidad para autoconsumo desde 500 kilowatts en adelante, es decir, que un hogar o comercio puede instalar paneles solares o aerogeneradores, como los que ya existen en un hotel en Nuevo Laredo, casas en Reynosa o un negocio en Ciudad Victoria -solo por citar algunos ejemplos- sin utilizar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
México tiene ambiciosas metas para el futuro, actualmente produce 23 por ciento de su energía a través de renovables y aspira llegar a 34 por ciento para 2024, a partir de este año 2018 todos los grandes consumidores están obligados a registrar un 5 por ciento de gasto de energía renovable.
Para lograr esa ambiciosa meta, el gobierno federal estableció un instrumento a través de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) conocido como los Certificados de Energía Limpia (CELs), en el que el Estado establece un porcentaje mínimo de generación de energía a partir de fuentes limpias cada año, el cual debe ser cubierto por generadores o distribuidores; de no hacerlo, el productor o el distribuidor deberá pagar la multa con la que se podrá financiar más desarrollos energéticos.
Hoy la CFE posee el abasto y la comercialización del 86 por ciento de la energía eléctrica de todo el país, el resto lo tienen otras empresas producen para su propio consumo.
Con la reforma energética la compañía de luz que era la única en México (además de la extinta Luz y Fuerza en la Ciudad de México), ahora ya no lo es.
Con la emisión de bonos de energía, se incrementarán los desarrollos para la generación eléctrica. Por ejemplo, el banco de desarrollo Nacional Financiera (NAFINSA), el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM) y el Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), tienen la distinción por ser los primeros que utilizan bonos verdes en el mercado internacional así como el nacional, para financiar desarrollos que aportan beneficios ambientales.
El impacto que tiene este tipo de bonos de energías renovables, va en dos sentidos; uno está en el mercado internacional por lo que siguen apostando en invertir en el sector energético; otro está en el nacional, en la que permitirá mejores costos al consumo industrial y comercial. Aunque no directamente, pero los hogares se benefician con más
competidores, con mejores tarifas, además de poder autogenerar su propia electricidad.
México tiene una meta a 2024 que estipula que deberemos generar 35 por ciento de la electricidad del país a través de fuentes limpias, al momento, las fuentes de energía no fósiles representan 17 por ciento de la electricidad. ¿Podrá duplicar ese porcentaje en diez años para cumplir la meta? ¿Usted qué opina?
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