CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Si un integrante de la clase política mexicana no ha sido afectado por la lucha anticorrupción, es el tampiqueño Carlos Romero Deschamps.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) salió ileso tras la implementación de la reforma energética y ha mantenido su posición en la estructura de las cúpulas del poder en el país.
Pasan los años, Pemex y su plantilla laboral se desmoronan, pero él sigue en la cima, intocable.
Romero Deschamps ingresó a Pemex en 1969 y tres años después quedó inmerso en el sindicato. Hasta 1993 saltó al primer plano nacional, posteriormente de la aprehensión del entonces líder petrolero Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, quien fue acusado de tráfico, acopio de armas y homicidio calificado.
A “La Quina” lo condenaron a 30 años de prisión. En esas tres décadas el tampiqueño afianzó sus relaciones políticas y sorteó la transición. En 2000, el presidente Vicente Fox denunció a Petróleos Mexicanos (Pemex) por el desvío de mil 500 millones de pesos a la campaña del candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Francisco Labastida Ochoa. La historia se llamó Pemexgate.
La planeación de la transacción de recursos arrancó tres semanas antes de la elección presidencial. El último día de mayo, el secretario general y tesorero del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps y Ricardo Aldana, respectivamente, enviaron un oficio al director corporativo de Administración de Pemex, Carlos Juaristi Septién.
“Por este conducto, estamos solicitando, tenga a bien autorizarnos la cantidad de $640’000,000.00 (Seiscientos cuarenta millones de pesos 00/100 M.N.) como préstamo para solventar demandas laborales, civiles, penales y fiscales que existen en el STPRM, para pagar en un plazo de 20 meses a partir del mes de noviembre del año en curso”, refiere el documento anexado al expediente.
El 8 de junio se giró el cheque de Pemex por 640 millones de pesos a favor del STPRM. El mismo día, Aldana depositó el cheque por 640 millones de pesos en una sucursal del Banco Mercantil del Norte (Banorte) en la colonia Lorenzo Boturini de la Ciudad de México. Según José Luis Córdova, director de Atención a Clientes Zona Centro de Banorte, Aldana abrió la cuenta el 6 de junio de 2000, con 5 mil pesos.
El préstamo millonario fue retirado mediante 14 cheques y cobrados en efectivo en la Caja General del banco en La Viga. Antes de concretar el pago, declaró un empleado de Banorte, “se recibió la carta en donde se señalaban los nombres de las personas que acudirían a recoger el efectivo que correspondía a un cheque que el cliente deseaba cambiar…” Testimonios indican que las personas que recogieron el dinero laboraban en el área de Finanzas del PRI.
En junio de 2006, un tribunal unitario de la Ciudad de México exoneró al líder petrolero y entonces candidato del PRI al Senado por la vía plurinominal, Carlos Romero Deschamps, de los delitos señalados en la investigación del Pemexgate.
El segundo tribunal unitario determinó el pasado martes que “no existen datos suficientes que demuestren la probable responsabilidad del procesado” en la comisión de los delitos de peculado y peculado electoral.
Con dicha resolución, el Pemexgate se diluyó después de mas de dos años de investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) y de tres años de litigios en tribunales federales. Con el caso cerrado Deschamps se integró a los trabajos para la campaña presidencial de 2006.
La relación de Carlos Romero con el gobierno de Felipe Calderón fue amigable. El segundo mandatario de origen panista había sido secretario de Energía y conocía los acuerdos entre priistas y blanquiazules entorno al sindicato petrolero. El dirigente capoteó acusaciones y extendió su reinado 12 años de la mano de la Secretaría del Trabajo, dependencia que siempre le tomó nota a pesar de que hubo obreros sindicalizados organizados que reclamaron la validez.
Uno de los episodios que desnudó el poder económico de Romero ocurrió en 2008. El diario Reforma publicó que el dirigente era propietario de un yate, con valor de tres millones de dólares, en un muelle en Cancún. Además, tenía dos departamentos de lujo en la torre The Bath Club de Miami y acudía al Senado portando un reloj de 18 dilates con valor estimado de 7 millones de pesos.
Antes de concluir el sexenio panista, el círculo cercano del líder sindical exhibió su riqueza. En mayo de 2012, Paulina Romero publicó fotografías de sus viajes en aviones
privados y comerciales o yates. Igualmente mostró sus compras en tiendas exclusivas. Al año siguiente, el político regaló un Ferrari Enzo edición limitada a su hijo José Carlos.
El automóvil cuesta aproximadamente 2 millones de dólares y el comprador demostró que poseía un par de coches más de la misma firma automotriz. Para colmo, Arturo, chofer del dirigente, también fue captado apostando hasta 30 mil peso en carreras de caballos en el Hipódromo de las Américas y otros centros de Estados Unidos, según el periódico Reforma.
El año pasado, José Carlos volvió a exhibirse ahora abordo de un Ferrari dorado que circulaba en las calles de Mónaco. El coche modelo 458 Spider tiene un costo de 286 mil dólares.
Testigo mudo de la reforma
Carlos Romero también fue testigo mudo de la reforma energética. Tras meses de discusión legislativa, el líder sindical no habló nunca y desapareció cuando se presentó la modificación del contrato colectivo. En las más de 100 horas de debate, Deschamps no pidió la palabra para dar a conocer la postura de los trabajadores petroleros, ni presentó
reservas argumentando el beneficio de sus representados.
El dirigente sindical votó a favor de los dictámenes que contienen la Ley de Hidrocarburos, la de Industria Eléctrica, las leyes de Pemex y de CFE y la de los órganos reguladores. El diputado Ricardo Aldana, tesorero del Sindicato y mano derecha de Romero, presentó reservas a los artículos que establecen cambios en el contrato colectivo de los petroleros. Empero, votó similar al secretario general de los petroleros.
El pasado 11 de diciembre de 2017, Carlos Romero Deschamps se reeligió al frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). El tampiqueño acumulará más de 30 años como líder sindical, el único de la vieja camada que encabezó Elba Esther Gordillo.
El secretario del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete, felicitó al senador priista por el nombramiento. La estabilidad del sindicato pende de un hilo después de que Pemex anunció que despedirá a 5 mil 117 trabajadores, entre empleados de confianza y sindicalizados, en 2018. Los recortes se sustentan con el convenio para modificar el sistema de pensiones.
En los recientes 54 meses, más de 25 mil trabajadores de base fueron despedidos de Pemex, reveló el reporte anual de 2016 enviado por la empresa a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
En 2013, la entonces empresa paraestatal contaba con 155 mil 538 empleados. Al cierre de 2016 sólo tenían 130 mil 333, disminución de 16.2 por ciento o 25 mil 205 trabajadores menos. El reporte indica que el mayor número de despidos ocurrió en 2014, año en que entró en vigor la reforma energética. Cuestionado sobre los miles despidos, Carlos Romero Deschamps ha negado que haya pérdida de plazas laborales.
Líder por 30 años
Carlos Romero Deschamps acumulará más de 30 años como líder del sindicato petrolero.
En diciembre, por unanimidad, integrantes de todas las secciones del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) votaron por la reelección de Romero
Deschamps, para el periodo 2019-2024.
El entonces secretario del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete, felicitó al senador priista por el nombramiento.
“El #STPRM, pilar del movimiento obrero en México, ha sabido adaptarse a los tiempos y retos que marca la Historia, así como a un mercado cada vez más competitivo y
diversificado. #ReformaEnergética @Pemex”, publicó en Twitter el secretario Federal.
Romero Deschamps comenzó a dirigir el sindicato petrolero desde 1993. En 2024 sumaría 31 años en el puesto.
En un comunicado, el Partido del Trabajo (PT) consideró una “burla” a los trabajadores la reelección de Romero Deschamps.
“Sumaría 30 años al frente de esta agrupación, a pesar de que se han documentado los excesos cometidos por el líder sindicalista y su familia, al manejar de manera discrecional los recursos del erario público que se otorgan al sindicato, mientras que, por otro lado, se reducen los beneficios a los trabajadores, es decir, Romero Deschamps encarna la figura de la corrupción e impunidad en su más clara expresión”, acusó el PT.