Dos partidos y dos dobletes, es la marca de Nicolás Castillo. El atacante chileno anotó dos de los tres goles que anotó Pumas en su victoria sobre el Atlas.
En el 3-1 a favor de Pumas, de nuevo, por enésima vez, Nicolás Castillo salió como el héroe. Lo sabe el público de los auriazules, cuando hay problemas, cuando se necesitan goles, ahí está el delantero andino.
Iban seis minutos de partido, Jesús Gallardo vio que el chileno entraba sólo por el otro lado del área y le mando el centro. Nicolás Castillo, acostumbrado al peligro, se tomó su tiempo, bajo el balón, lo paso por debajo de los pies del portero de Christian Toselli y festejó el 1-0.
Así, ahora, la urgencia era del Atlas. Con su técnico en la cornisa, los tapatíos debían de evitar su tercera derrota en el campeonato. Fue inevitable.
Falló Stiven Barreiro, en la salida, frente al depredador Castillo. Nico, como le dicen en la grada del estadio Olímpico de CU, arrebató, condujo el esférico y en el último instante le dio un guiño a su nuevo colega, Matías Alustiza. El Chavo recibió el esférico y sólo empujó para el 2-0, no festejó y corrió a pedir disculpas a la porra del Atlas, su ex equipo, que le aplaudió.
El tiro de gracia se lo dio Castillo al minuto 64. Leitón Jiménez derrumbó al chileno dentro del área y éste se levantó para anotar el 3-0, desde la vía penal, su segundo doblete en el torneo. Hubo una leve reacción del Atlas, que, rendido, regaló un golazo, cortesía de Ravel Morrison, al minuto 64, al ángulo, en un tiro libre.
Pumas se coloca en el primer puesto de la tabla, con seis puntos. En la cancha, el ídolo es el mismo de siempre, Nicolás Castillo, que lleva dos dobletes en el torneo y 17 goles desde que llegó a México.