CHIHUAHUA.- Solo hace falta escuchar el testimonio del señor Jorge Alberto Resino para darse cuenta que él como migrante salvadoreño ha pasado por diferentes experiencias. Ahora como deportado de Estados Unidos, él, como los miles de deportados de todos los países, pasan por algún trastorno emocional que afecta aún más a las personas que han buscado una mejor vida en Estados Unidos.
En la Casa del Migrante en Ciudad Juárez, tanto los que buscan pasar la frontera como los que fueron deportados, son escuchados por especialistas, la gran mayoría presentan trastornos emocionales.
En ellos se puede notar la situación de las personas que intentan pasar a los Estados Unidos, traen ese estrés de querer pertenecer a un lugar, al momento de que ellos intentan cruzar es la motivación que los hace arriesgarse a tantas situaciones difíciles y en el caso de las personas que vienen ya de Estados Unidos, que ya traen un proceso de deportación, ellos en ocasiones ya traen generado un daño porque algunos mencionan que hay mucho daño psicológico”, indicó la psicóloga Diana Ivone.
Jorge presenta un cuadro de depresión, su estado de salud, su deseo por estar en Estados Unidos, y el abandono de su familia, lo tiene emocionalmente vulnerable, sin embargo, dicen los profesionales que estas personas podrán tener crisis de estrés, depresión, trastornos de sueño y ansiedad, pero pocos son los que piensan en quitarse la vida, ya el que su objetivo es mejorar su nivel de vida.
Sí, estuve 24 años en los Estados Unidos, y allá conocí a mi mujer, producto de ese amor son dos niños, dos muchachos que ahora ya son hombres. Yo pienso que por mi enfermedad ellos ya no quieren saber nada de mí, pero no me importa porque mientras tenga vida hay esperanza”, expresó Jorge Alberto Resino, migrante deportado.
Las personas que más pasan por un trastorno emocional son los que después de sentir que están a un paso de lograr el “sueño americano”, son regresados a su país, dejando bienes materiales y en muchas ocasiones la familia que formaron en Estados Unidos.
Ha habido altos niveles de estrés que se generan con mucho dolor de cabeza, incluso estrés pos-traumático. Ha pasado que hay personas que llegan aquí y están algunos días y mencionan que no puede dormir o están dormidos y de pronto sienten que están en la detención, entonces ahí también ya se está generando que ellos estén recordando, pero a la vez están viviendo de nuevo la situación que ellos están teniendo”, explicó Diana Ivone.
En México no existe un registro de los padecimientos psicológicos que presentan los connacionales que fueron deportados y mucho menos un monitoreo y seguimiento de la salud mental de estas personas que podría ser un detonante en suicidios por situaciones de depresión al no lograr sus objetivos al intentar rehacer su vida en su país de origen.
CON INFORMACION DE EXCLEISOR.