29 abril, 2025

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Cremación y Religión

La Iglesia Católica, aunque lo autoriza “por razones de tipo higiénico, económicas o sociales”, sigue prefiriendo la sepultura de los difuntos porque “favorece el recuerdo y la oración por los difuntos por parte de los familiares y de toda la comunidad cristiana”

MÉXICO.- A lo largo de la historia, la influencia de las religiones a la hora de optar por la cremación como alternativa funeraria, ha sido enorme. Mientras algunos credos han mantenido su postura con respecto a este tema, otros han debido adaptarse a los nuevos tiempos y entregarle a sus seguidores enfoques renovados.

Mientras la Religión Judía prohíbe la cremación y la Religión Católica aboga por el entierro como la mejor elección, las religiones del este como El Hinduísmo y el Budísmo ordenan el uso de la cremación. En dichas religiones el cuerpo es visualizado como un instrumento portador del alma al nacer. Una de las citas del Bhagavad Gita (texto sagrado) señala: “Asi como las vestimentas viejas son lanzadas lejos y se toman nuevas, el alma sale del cuerpo después de la muerte para tomar otro nuevo”. De ahí que el cadáver no sea considerado sagrado, desde que el alma lo ha abandonado, y la cremación no tiene una connotación poco ética en las religiones orientales. En el Sikhismo, el entierro no esta prohibido, aunque la incineración es la opción preferida por razones culturales más que por razones religiosas.

Cristianismo

A pesar de haber sido utilizada masivamente en el Imperio Romano, la cremación perdió aceptación con el cristianismo. El desaliento de la Iglesia Católica hacia la incineración, provino de varias ideas: primero, que el cuerpo, como un instrumento a través del cual se reciben los sacramentos, es por si mismo sagrado, y debe ser considerado como tal; segundo, como parte esencial del ser humano, se debe disponer del cuerpo de manera honrosa, y reverencial, por lo que prácticas de este tipo eran visualizadas como paganas y como un insulto al cuerpo., tercero, como una imitación de la inhumación de Jesucristo, el cuerpo de un cristiano debía ser sepultado, y cuarto que constituía una negación de la resurrección del cuerpo.

La cremación no fue de facto vedada, pues en Europa, dentro de la era Medieval, fue practicada bajo situaciones en la cuales habia multitudes de cadáveres simultáneamente, tales como batallas, hambrunas y pestes u otras situaciones donde existiese un peligro latente de focos de esparcimiento de enfermedades a través de los cadáveres. Sin embargo, la inhumación se transformó en la principal alternativa funeraria.

A principios de La Edad Media y aún después, pasado el siglo XVIII, racionalistas y clasicistas comenzaron a señalar a la cremación nuevamente, como una negación de la resurrección y/o la vida después de la muerte, aunque los movimientos en pro de la cremación, generalmente, no ponían demasiada atención en discernir sobre los asuntos teológicos acerca de la misma.

La postura de la Iglesia Católica contra la cremación se vio endurecida al afrontarse la asociación de esta práctica con las reglas de los “enemigos profesos de Dios”, lo cual vino a suavizarse hacia los años 60. Hoy en día, la Iglesia Católica sigue prefiriendo la inhumación , pero la incineración es ahora es libremente permitida, en tanto no signifique un rechazo a la creencia en la resurrección del cuerpo.

Hasta 1997, las regulaciones litúrgicas Católicas, requerían que la cremación tuviese lugar después de una ceremonia funeraria religiosa, de ser posible con el cuerpo presente, que debería recibir la bendición y ser sujeto de oración, mencionando al difunto. Una vez que esta hubiese concluido, el difunto podría ser cremado y un segundo servicio religioso podría asistirse en el crematorio o en el momento de disponer de las cenizas (enterrarlas, esparcirlas o llevarlas consigo).

Sin embargo, la conservación de las cenizas en el hogar o bien, el esparcimiento de las mismas en algún lugar de importancia para la persona fallecida, se practican cada vez con más frecuendia en hogares caólicos alrededor del mundo. Los cementerios Católicos hoy en día reciben restos cremados en nichos especiales llamados columbarios y habilitando patios especiales donde se pueden enterrar las cenizas.

La Iglesia Protestante, por su parte, fue más concordante con el uso de la cremación, sin embargo el sentimiento pro-cremación no fue del todo unánime entre los seguidores de esta religión. El primer crematorio construído en los Países Protestantes, se remonta a 1870. En 1908, el Decano y capitán de La abadía de Westminster, una de las más famosas Iglesias Anglicanas, solicitó que los restos incinerados debían ser sepultados en las cercanías de la abadía. De todas formas, el dispersar las cenizas es una práctica aceptable en muchas denominaciones protestantes, y algunas iglesias tienen su propio “Jardín del recuerdo”, donde los restos pueden ser dispersados o enterrados.

Otro grupo Cristiano que también apoya a la cremación son Los Testigos de Jehova.

Cabe destacar que algunas ramas de la Cristiandad se mantienen en oposición a la cremación, incluyendo algunas minorías protestantes. Más notable es la prohibición que mantiene la Iglesia Cristiana Ortodoxa, salvo excepciones que son consideradas inevitables (cuando las Autoridades Civiles o situaciones de posibles epidemias lo requieren). En estos credos, si la cremación fuese elegida voluntariamente no se permitirá un funeral en la iglesia y podrá ser excluído de las oraciones litúrgicas. En la Religión Ortodoxa, la cremación es considerada un rechazo general al concepto de resurrección, y como tal es visto severamente.

Judaísmo

A pesar de haber sido uno de los medios tradicionalmente utilizados para disponer de los cadáveres durante la Edad de Bronce, el Judaísmo ha rechazado tradicionalmente a la cremación. De la misma forma también ha desaprobado la conservación del muerto por medio del embalsamamiento y la momificación. Durante los siglos XIX y XX tempranos, los cementerios judios, en muchas ciudades europeas habían llegado a su limite poblacional, razón por la cual este procedimiento fue aceptado como un medio de entierro entre los judíos liberales. Los Judíos Ortodoxos, han mantenido, una estricta linea respecto de este tema, desaprobándolo tal y como lo indica la Ley Judia donde se prohíbe.  También la memoria del Holocausto, donde millones de judíos fueron asesinados en hornos crematorios, o en fosas ardientes, le ha dado a la cremación connotaciones muy negativas para sus grupos conservadores.

Religión Mormona

Desde su organización en 1830, la Iglesia de los Santos de los últimos Días, a través de sus líderes ha exhortado a sus seguidores a evitar la incineración  y consignar al cuerpo al entierro tradicional, dejando que la naturaleza se encargue de su disolución, “del polvo has sido creado, y en polvo te convertirás” (Gen 3:19).

Islam

En el Islam, el musulmán fallecido merece el máximo respeto y el cuerpo se prepara de acuerdo con la sunnah del Santo Profeta. El cuerpo debe ser bañado ritualmente y envuelto en dos sábanas blancas antes de ser colocado en el ataúd. Tras su preparación, se celebra el funeral. El Imam dirige la oración, y los asistentes permanecen en hileras detrás de él. Después se entierra al difunto, por lo general, en una tumba perteneciente a la Comunidad Ahmadía. La cremación está tajantemente prohibida, pues se considera una falta de respeto con el cuerpo humano.

Otras religiones que la permiten

Iglesia de Irlanda , Iglesia de Gales, Iglesia Unida de Canadá, Luteranismo, Metodismo, Iglesia Moravia , Ejercito de Salvación, Iglesia Episcopal Escocesa), Ciencia Cristiana, Iglesia de Cienciología, Hare Krishna (Asociación Internacional para la Conciencia de Krishna ), Jainism, Seventh-day Adventist Church, Sikhs, Sociedad de Amigos (Quakers), y Universalismo Unitario, todas permiten la cremación.

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